¡Los otros “festivales”! Cuando llegaba la temporada del Festival de Viña, la vibra del evento se esparcÃa por todos lados. Era “el” evento artÃstico del año. Todo entraba en “modo festival”. No era como ahora, en que puedes renegar del evento para sentirte cool. Y si tenÃas un negocito por ahÃ, del tamaño que fuere, más te valÃa entrar a la onda. Asà tuvimos otros “festivales”, no muy convencionales, como uno que armó Mundomágico con imitadores o la liquidación de verano de Corona, convenientemente rebautizada como un “Festival de Precios”. Éramos paÃs chico, inocentón… y el Festival de Viña no se exportaba como hoy lo hace, ni mucho menos habÃa un Di*n** o un Fox encima que se opusiera o pretendiera sacar su tajada. Otra época.
Y ya que estamos en época de Festival de Viña, hubo un sponsor que en la era ochentosa no se perdÃa ninguno. Wella era un habitué del evento y, aunque muchos recuerdan más el Olapón, yo recuerdo mucho más éste, el Lifetex. Cuando todavÃa a estas cosas les llamaban “bálsamo” y aún no inventaban el término “acondicionador”.
Antes que el “sin Carozzi, con Carozzi” y el meme del “sin HD, con HD”, aquà ya nos planteaban el “sin Lifetex, con Lifetex”. Incluso, la música del réclame se dio un pequeño lujito: al comienzo, en las frases “sin Lifetex” usaron acordes menores y en las “con Lifetex” acordes mayores. La magia de la publicidá, oye.
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Que el conductor del ómnibus sea asà de amable… Me recuerda una época horrorosa, a la que no quisiera volver, y de la que en regiones aún queda algo, pero que aquÃ, los de Torre, le dieron una vuelta chistosa. El escolar más palomilla enfrentándose al micrero más viejo zorro... pero en un universo alterno. Lo único un poco cringe en esto fueron los subtÃtulos al final.
¿CototÃsimo? Nadie decÃa eso.
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¿Vieron el otro réclame en donde hablaban en pavo? Bueh, en éste, dos años antes, hablaban en perro. En perro poh. Al Doko se le ocurrió regalar unos platos y… nada, salió esto. Un réclame para perros. No me pidan comentario.
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Cuando revisé réclames cringe… ¡se me fue éste! Acabamos de entrar a la última semana del verano y, como es tradición, el notero en la carretera entrevistando gente. Y cierto pavo decÃa tanto estar “en boca de todos”, que, de plano, dejaba a la gente hablando en pavo. SÃ. Asà de cringe.
La auténtica desesperación… de vender pavo como sea.
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Este año anunciaron una nueva pelÃcula de Los Pitufos. Pero los más viejos siempre vamos a recordar con más cariño la serie animada que vimos por la tele. Y asà la presentaba TVN en 1983, recién llegada. Introducida como el éxito internacional de la animación que al fin llegaba a Chile. A nosotros nos dio igual. Eran unos monos divertidos y ya. Y tuvieron que lidiar en su época con mitos jevis.
Los Pitufos, como serie animada, habÃa sido creada por Hanna-Barbera en 1981, basada en un cómic franco-belga de 1958, “Les Schtroumpfs”. SÃ, ya sé, impronunciable.
Y nada, que después de Los Pitufos venÃan más monos, con La Pantera Rosa, Los Peligros de Penélope y una serie de la que no recuerdo nada y que la tengo enterradÃsima, “Un Cuento Famoso”. ¿Alguien la recuerda?
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¿Cómo lo harÃas para promover una bebida que nunca tendrÃa el status de las primeras marcas? Los de Ship Cola sencillamente ni se complicaron. Es más barata y punto. Y sirve igual, porque, después de toooodas esas piscolas, anda a notar la diferencia si la bebida cola es media cutre.
Pero no se quedaron ahà y, en otro réclame, guardando muchas proporciones, ya iban a traer una revolución del lenguaje. Porque, enfrentémoslo, nos cuesta pronunciar la “sh” porque se nos pegó la idea de que es rasca. Entonces, qué tal si un dÃa empezamos a decir todo con “sh”. Y la Ship traÃa un poco eso. Ponerle “ship” a la vida.
TenÃan claro que nunca iban a estar arriba. Asà que hicieron la del meme. Tomarse una Ship y reir un rato. Que nada te importe. Una Ship y qué tanto.
El dÃa de paseo de la escuela. ¡Cómo nos entusiasmaban esos dÃas de paseo! Para los que éramos de Santiago, el “paseo” escolar ochentoso era ir al Planetario USACH, o bien a los museos de la Quinta Normal… o, por qué no, al Zoológico Metropolitano. Y lógicamente que todos llevábamos algún tipo de cocavÃ, porque era toda una tarde… y habÃa que aguantar.
Natur, en esos dÃas un producto de la extinta IPAL, se avivó y mando a crear este réclame con un curso de básica que visitaba el zoológico. Se pueden notar varios cabros chicos “tipo”, entre ellos el tÃpico de lentes, el “corte pelela”… y la de trencitas. Porque sÃ, si a Dannon le gustaba tanto en todos los réclames meter a una cabra de trenzas y le resultaba, yo Natur… como que no quiero ser menos.
Para mÃ, el Natur de arroz, aunque un lÃo comerlo, era insuperable. Pero, para gustos, colores.
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La termografÃa lo demuestra…
Me puse a revisar el (a medio descuidar) canal de YouTube y uno de los réclames que más ha llamado la atención es éste de Parche León. Destacando a un medico que no sabemos de dónde salió, ni del que nunca supimos su nombre o algún número de identificación del gremio o algo remotamente semejante, mostrando un manchón de colores que se suponÃa era la representación del dolor corporal. Obviamente, los que veÃamos en tele blanco y negro no entendÃamos nada.
Hay pequeñines de la época que le tenÃan miedito a esto, ya sea por la oscuridad, por la voz del locutor, por los efectos sonoros, por la música o por todo eso junto. Y, al parecer, los de BDF se lo tomaron como un mea culpa, porque hubo réclames posteriores de este parche que resultaron mucho más “amables”.
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Esto es empalagoso. Es irreal. Y es *muy* cursi. Pero es, para muchos, una joya. La Coca Light, con su “momento cursi”, fue una demostración de los ribetes a los que los dosmiles fueron capaces de llegar.
Como si esas cosas pasaran…
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Esto es lo más retonto que vamos a rescatar en mucho tiempo.
No es ningún misterio que siempre ha sido complicado engrupir a los brocacochis con comidas fomes. Y en eso llegamos a las sopas de sobre… o perdón, cremas. Porque, aparte de ser mal vistas en una sociedad en donde se valoraba que la mamita cocinara almuerzos verdaderamente caseros, además eran, al final, sopas deshidratadas, desabridas y que no tenÃan ni un brillo a ojos de un cabro chico. Pero cuando Maggi introdujo su nueva crema de espinacas, va y, aprovechando el recurso que estaba súper a la mano, la vende casi como la misma que tomaba Popeye. Nunca muestran ni nombran a ese clásico personaje que era capaz de derribar hasta al villano más forzudo a punta de pura espinaca, pero está ahÃ. No pagaron ni la licencia. Y ni lo disimularon, con esa trompetita con la melodÃa del marino animado que, en el cartoon, sonaba justo cuando se comÃa todo el tarro de espinaca.
Papitos de la época que imitaban la melodÃa para llamar a sentarse a la mesa… y pequeñines arqueando los brazos sacando fuerza después de tomarse la sopa (bah, perdón, crema), los caché. Desde aquà los caché. No se escondan.
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Otra vez temporada de incendios… y otra vez nos recordamos de ForestÃn. Su autorÃa es reclamada por el mismÃsimo Iván Arenas, el Profesor Rossa, en una entrevista reciente. En junio de 1976, el personaje fue presentado por primera vez en la Jornada de Evaluación del Programa de Manejo del Fuego, evento organizado en la Región del Bio-Bio. Y de ahà no paró.
“Todos dicen que es un castor, pero en verdad es un coipo. Se cuenta que los de la Conaf estuvieron varios años cabeceándose para encontrar a alguien capaz de llevarse la tarea de defender los árboles. Pensaron en algún superhéroe gringo, pero la verdad es que por ese año 1976 todavÃa el paÃs se estaba recuperando económicamente y no habÃa plata ni para traer a Super Ratón. En eso, apareció este dentón simpático en uno de los tantos viajecitos al sure para ver en terreno el desastre del último incendio forestal. Lo pillaron en plena faena. Le preguntaron si podrÃa hacerse cargo de una campaña nacional masiva. O sea, con tanto incendio no tenÃa ni un tronco que comer y estaba muerto de hambre. Dijo al tiro que sÃ. De ahà en adelante, cada vez que se le podÃa ver apagando un incendio forestal era pa’ la pura tele no más. A veces lo llaman para que vuelva, pero siempre dice que es un personaje retirado de la televisión y que la tele de hoy le apesta porque es pura farándula. En el fondo, es secreto a voces que ForestÃn tiene miedo de que los del SQP descubran que es un vago y que, lejos de defender los árboles, se los come...” (Canal Preto, 2007).
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¡Ya no se aguanta la calorsh! Y navegando por cosas que alguna gente todavÃa recuerda, llegamos a mitad de la era ochentosa y ese omnipresente recurso de agarrar a alguien famoso pa’ que haga un réclame diciendo “yo tomo de ésta, tómela usté también”. En eso, salta César Antonio Santis, que ya habÃa tenido su buena temporada de “Martes 13”. Y nos mostraba, por la tele a color, un uso alternativo de la Cachantún para capear el calor que lo recuerda media generación. TenÃa piscina, tenÃa jardÃn y le salÃa mucho más práctico agarrar la manguera, ¡pero no! ¡A la botella de Cachantún!
Nunca supimos de quién fue la idea. ¿Improvisación? ¿Lo vieron en un réclame gringo? No sé. De todas maneras, sigue libre el espacio de nuestra memoria de conocimiento vagamente útil… por si alguien lo averigua.
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