Prende la Tele: ¿Quién dijo que Jorge Castro de la Barra hace infomerciales al lote? (2003*)
- Por Preto
- enero 12, 2025
Y así como, si no tiene una tremenda mancha de aceite en el piso, no es taller mecánico, o si no hay una tapa de Coca-Cola en la pata coja de alguna mesa, no es picada, si no tiene al de turno derramando o rompiendo algo con rebosante alharaca, no es infomercial. Que no se diga que Jorge Milton Castro de la Barra hacía infomerciales al lote. Porque ocupaba cada recurso del género, incluyendo ése. Sí, ése, el del que da vuelta lo involteable o rompe lo irrompible. Torpezas directamente sacadas del manual académico del infomercial. Jorge Milton, de calidad premium y pureza certificada.
Toma eso, The Open Market.
* Corregido, 2003.
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En ese año 2002, el Willy Sabor que le dicen, da golpe de timón y se va del programa del Kike, hacia CHV. Aunque la prensa salió a decir que fue por plata, el Willy le quitó peso a todo eso. Según él, fue para crecer y como que sintió que fue el momento de dar el salto. Eran días en que algunos en la industria le llamaban “el rey del rating” y sintió que como que había que aprovechar eso. Aunque, luego de firmar contrato, pasó meses sin pantalla y la fecha del debut seguía difusa. Finalmente, “Sabor, el Show de Willy Sabor” partió en junio de 2002.
La idea era ser una competencia para el “Pase lo que pase” de TVN pero, entre el franjeado del canal nacional y un Mekano que estaba en su momento en el Mega, lo condenaron. No le dieron chance y, objetivamente, es que “Sabor” tampoco digamos que estaba tan bueno. Era más de lo mismo.
Dos meses duró la aventura. Y qué tanto. Siempre se puede volver con el Kike.
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A fines de abril de ese año, en TVN ya comenzaban a promocionar, con esta promo, la que sería la nueva serie cómica de la tarde, una “sitcom”, cuando todavía no les llamábamos así. El lunes 1 de mayo, a las 14:30 hrs., debutaba “Los Venegas a las 2 ½“, una serie que, tal vez sin imaginarlo al comienzo, se volvió tradición, permaneciendo por algo más de dos décadas en pantalla (sin contar sus repeticiones) y siendo cancelada por TVN en 2010, emitiéndose regularmente en ese canal hasta 2011. Muy querida, pero no sé si daba para dos décadas de lunes a viernes. Con penita y honestidad lo digo...
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Un clásico de Video Loco.
No sólo de hipnotizadores de patos vivimos el viernes en la noche. Otro clásico de los videos nacionales y que ¿ganó la temporada ‘96? fue el de la soa que no se podía parar de la hamaca. Entre todos los momentos “casi”, la niñita a la que ni le importa y que la vuelve a empujar hacia dentro, y toda la desesperación, en fin, aquí hay demasiado fail por minuto...
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Este fue el primer “gran” intento de competencia para salir con algo semejante a lo que apareció en el canal del lado, y así responderle a TVN cuando nos trajo el “Hugo”. En el innombrable, apareció la Jennifer Warner con “Segacción”, colgándose de la misma mecánica de videojuego interactivo, usando los botones del teléfono, pero con juegos de la Sega Genesis / Megadrive. Y no sólo eso, ya que presumían “tener más tecnología” (que ese otro juego del troll danés), ya que su sistema supuestamente era capaz de reconocer dos teclas a la vez, por lo que era posible saltar mientras se avanza en un plataformero, por ejemplo.
¿Resultó esa cosa rara de adaptar juegos de consola al teléfono? No sé… no sé, no sé… pero Segacción sólo duró esa temporada porque, al año siguiente, el innombrable nos trajo “Nintendomanía”, con Julián Elfenbein, programa en el cual los concursantes ya jugaban en estudio, con su debido joystick y en una consola, para ese año ya con juegos de la Nintendo 64. Espero que eso haya respondido la pregunta.
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Esta es de esas cosas que las vemos siempre y no le damos mayor peso, hasta que nos vence la incomodidad de no saber o no recordar el por qué.
Tras años de ver las repeticiones, nos preguntamos si el gato, al que Pedro echa al antejardín cada noche en los créditos, es suyo. Y sí. Los Picapiedra tenían gato. Este personaje, que en la versión original se le llamó Baby Puss, y en el doblaje en español latino se le llamó Minino Tigre, aparte de la intro y los créditos, sólo aparece dos veces en la serie original. Y lo curioso de todo es que, en ambas apariciones (S02E15 y S05E04), Minino Tigre huye de la casa, en vez de insistir en quedarse y dejar a Pedro fuera gritando “¡Wilma!”. En el primer caso, Minino Tigre huye para no comer la comida que Dino no quiso, y en el segundo, después de pasar una incomodidad a causa de Pedro durmiendo cuando, producto de los ronquidos de Pedro, Minino Tigre termina desplazado y cayendo al suelo.
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Uno de los concursos que nos presentó el Kino en el Canal 13, y que había estrenado la nueva moda de los juegos de azar en vivo por la tele, fue el “Ciclón Millonario”. Una cabina cerrada con muchos billetes, donde se metía el concursante y en donde, durante un minuto, y producto de un ciclón de aire, volaban los billetes y el concursante debía agarrarlos y mandarlos hacia afuera por una ranura.
Esto no era ningún invento revolucionario. Los gringos lo habían hecho hace rato. Pero como en Chile era algo nuevo, quedamos todos locos. Y todos teníamos nuestra técnica para sacar la mayor cantidad de billetes. No, nunca en nuestra pobre existencia nos metimos (ni nos meteríamos alguna vez) al Ciclón. Pero éramos todos expertos. Todos. Quien diga que no, miente miente con sus amarillos dientes…
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Mientras en los tiempos actuales le puedes hacer preguntas de conocimiento al computador en lenguaje natural, en la era ochentosa, en “tu canal cerca del mar”, ya soñaban con ello. Así, en el Pipiripao, Roberto Nicolini y el robot Tongas, con ayuda de un Atari, se ocupaban del infinito campo de las dudas infantiles. En el fondo, las respuestas eran frases prealmacenadas en la máquina y programadas por Gastón Centeno, camarógrafo de UCV TV y voz de Tongas en el programa, pero todos queríamos creer que el computador del Pipiripao en verdad tenía inteligencia propia y acceso a bases de conocimiento. Éramos felices sólo con creer.
Roberto sufrió un accidente cerebrovascular estos últimos días, pero ya ha comenzado a recuperarse. Ánimo, no te vayas tan pronto.
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Si bien es cierto, el programa satélite ochentero del Festival de Viña que quedó para el recuerdo fue el “Aquí, Hotel O’Higgins” de TVN, el otro canal que se atrevió a lanzar una alternativa fue el antiguo Canal 11 de la Chile con “El Festival por dentro”. En tiempos en que TVN se aseguraba a todos los artistas, no recuerdo si el espacio del 11 alcanzaba a agarrar mucho. Es más, esto está casi olvidado. Promos como ésta, llegando enero, aparecían entre los réclames en el 11.
La música característica, que también está a medio enterrar, muy a pesar de que en su época fue un clásico, es un punto aparte: “En Viña del Mar”, por Horacio Saavedra y el Grupo Madrigal. Por suerte está completa en YouTube.
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Esto es mi acto obligado de cada año. Para muchos de los que crecimos en los 80s, y en la tele, esto era el obligado de cada Navidad. Santa Claus: La película.
Fue una película que tuvo mala crítica y que nunca recuperó la plata. Le podrán encontrar un sinfín de hilachas. Y probablemente tenga toneladas de efecto cabro chico. Pero a mí, me dejó una sensación que no me la dejó ningún pobre angelito, ningún Santa Cláusula, ninguna otra película de Navidad que puedan recordar, y nada que haya hecho D*s**y jamás. Pero es que, sorry… el actor que representó a Santa, y que probablemente jamás hubiera investigado su nombre de no ser por esta película, David Huddleston, me disculpan, pero él ES Santa (o fue, porque falleció en 2016).
El trailer que vimos en la tele ese año:
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Pocos recuerdan que el “Buenas Tardes, a sus Órdenes”, en el Canal 13, tenía público en el estudio. Este espacio, que iba de lunes a viernes en la tarde, contaba con la “animación” (somos el único país de la galáctea que les llama así) de Pepe Pizarro “Yeruba”, Alejandro Chávez, que encontró pega en el 13 luego que cortaron toda la entretención en Teleonce… ¿y alguien recuerda el nombre de ella? [Tamara Sepúlveda, me soplaron]. En fin, un espacio de servicio a la comunidad aparecido mucho antes que siquiera la Eli de Caso pensara en hacer tele. Y tenían este concurso de Unimarc, mucho antes del “asaíto”, en donde la gente, luego de comprar productos de las marcas en promoción, recibía láminas que luego pegaba en un álbum… Que… ¿creías que los álbumes de laminitas eran sólo para niños? Naaaah… Y luego quienes participaran en los sorteos podían optar a premios para la casa. Pero nada de cosas demasiado ostentosas. O sea, autos modestos, refrigeradores de los más chicos, lavadoras de tambor, teles en blanco y negro, en fin, cosas que hoy no vemos como ningún lujo, pero… todos los días te salían con esto y encima en época de crisis. Era como un Sábados Gigantes chico.
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Ahora que La Red está en el hoyo, nos acordamos de todo lo que pasó el año en que apareció. Era enero de 1989 y en Perú, por Panamericana Televisión, irrumpió Giuliana Maiocchi, July para los amigos, con “El show de July”. Y tiempo después, el ‘91 y como parte de la camada de espacios fundadores de La Red, aparece haciendo “Yuly Yum Yum” aquí en Chile por el canal 4 (cambió la J por Y al llegar a Ecuador tiempo antes). La onda era montar un show “inspirado” en el de Xuxa. Pero, aunque no lo parezca, fue hecho en Chile. Lo realizó la productora Canal Uno, que venía haciendo cosas para UCV y que luego lanzaría canal propio, Gran Santiago Televisión, canal 22. Yo recordaba esto bastante más humilde. De hecho, el estudio que usó Cachureos cuando pasó por La Red andaba por ahí de tamaño con éste, si es que no era más chico. Lo más cuek era la parte de la canción que decía “háceselo sin parar”. Yo con 10 años todavía no decodificaba ese doble sentido. Pero en fin, sobrevivimos.
Sergio Lagos, un periodista atípico, después de pasar por Canal Rock & Pop, consigue entrar a un nuevo canal para seguir haciendo tele. ...
La historia pop del Chile de las últimas décadas que ya no todos comentan. Un podcast que trae a la mesa en cada edición un tema antiguo, olvidado, o a veces, ambas cosas. Televisión, música, personajes... y lo que venga. Un tema a la vez y, obvio, Directo en el Carnet. Suscríbete... para que no te pierdas de nada y no estés a merced de los (no) avisos de la red social santurrona de turno.