Hace 30 años, todavía se regalaban tarjetas de saludo a fin de año. Se regalaban demasiadas tarjetas de saludo cada fin de año. Y Village, con buen papel, diseños exclusivos y un aura armada a puro marketing por años, se separaba del mar de tarjetas que había, plantándose como la tarjeta de saludo premium, cuando todavía no manejábamos ese concepto. Al punto de llegar, con este réclame del '93, a hacerte sentir un mal ser humano si no regalabas una Village. ¿No regalaste una Village? Mala persona, mala persona...
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