“Soy un hacker. Mis 56 kilobytes de modem son lo más rápido que existe…” O toda esa cosa del Internet era un tema demasiado nuevo… o no hicieron bien la pega (*).
Desbloqueos como éste no me venían hace *mucho*. Un réclame de Almacenes Paris de fin de siglo trataba de representar a la juventud de la época con una serie de personajes al filo del estereotipo. Y no me lo nieguen: aunque lo encontrábamos súper tonto y superficial, nos sabíamos todas esas frases. “Conozco minas que andan con el vestido de novia en la cartera…” o “No estoy ni ahí con el hip-hop…” eran las frases que, dejando a un lado qué tan acertadas fueron, trataban de representar a la juventud… o a esa juventud a la que la tienda quería venderle cosas. ¿Existía la “Zona de contacto”? Entonces ellos dijeron “nosotros también querimoh” y lanzaron su “Zona de Vanguardia”. Porque en la época, tener una “zona”, de lo que sea y por el motivo que sea, aparentemente era algo cool. El cringe antes del cringe.
Cuento aparte para las tarjetas de crédito joven que las multitiendas (y también los bancos) ofrecían a estudiantes sin ingresos propios. Pero cómo. Cuando fui estudiante lo vi a cada rato.
(*) Y eran kilobits (por segundo, kbps), no kilobytes.
[vía]
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