¡Cuando yo sea chico, quiero un auto Cimeeeeet! Porque ése era el cuento. No un auto para cuando sea grande. No poh. ¡Un auto ahora! Los “Rodados Cimet”, a pedales, en forma de autos “de carrera”, triciclos y go karts, aunque poseídos por pocos, marcaron época por todas las veces que lo vimos en la tele o se lo vimos al vecinito afortunado de la cuadra, y fueron la oportunidad de muchos brocacochis de tener mucho, mucho antes de la edad adulta, su propio bólido de acero.
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