Cuando la tele enseñaba a votar. Para la elección de alcaldes y concejales del 96 la premisa era “Un voto, una raya”. Ahora, como los más jóvenes no cachan (y no pescan), se relajaron las reglas y se tolera cualquier cosa (mientras exprese preferencia).
Y era hasta más simple. Como los gobernadores/intendentes y consejeros regionales no se elegían por voto popular, sólo se elegían alcaldes y concejales en un solo voto, se marcaba una sola opción, el candidato con más votos era elegido alcalde y el cargo de concejal era un premio de consuelo.
A todo esto, ¿ganó su candidato? Aquí ganó la que se gastó lo que no tenía en avisos de Insta y spam por teléfono.
Obvio que no voté por ella.
[vía]
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