Nuevamente llegamos al panteón de helados enterrados en el tiempo para visitar a uno que estuvo con nosotros un par de años y después chao. El “Ja, je, ji, jo, ju” de Chamonix irrumpía en un pueblo de fantasía en donde los niños no reían (¿?). Era una paleta a dos sabores con un “sombrero” de chocolate que, además, permitía, con un palito marcado, canjear un payaso articulado de cartón o una nariz de payaso. Como ésos de la feria libre.
Llama la atención que el “Ja, je, ji, jo, ju” incluya en el envase un segundo nombre, “Tony Bar”. ¿Iba a ser el nombre original? ¿El “Ja, je, ji, jo, ju” era parte del logo del helado pero al final terminó pegando más… y a última hora se cambió el nombre? Nunca lo sabremos.
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