Nos toca volver a revisar un viejo conocido. El TuGurt, lanzado por Dropa, los mismos tras Maizena, y que fue un saborizante para la leche con una vuelta de tuerca que pocos entendieron, tuvo su réclame en plan teaser. No lo recordaba para nada.
A fin de cuentas, el TuGurt nunca fue un yoghurt en polvo como muchos entendimos en su época. En realidad fue un saborizante que no se quedaba en el sabor de un típico Quik, sino que intentó recrear el “sabor a yoghurt”. Y el principal gancho es el de involucrar al consumidor con la premisa “tú lo preparas, tú lo disfrutas”. Porque sí, aparte de ofrecernos el “sabor a yoghurt”, nos guiñaba el ojo con la satisfacción de ser uno mismo el “hacedor” de esta cosa. Como el efecto de satisfacción que nos produce el participar de la fabricación de algo que nosotros mismos disfrutaremos. Como que “queda más rico si yo mismo lo revolví”, en vez de sólo abrir el pote de yoghurt y simplemente comerlo. Porque, de nuevo, muchos lo vimos como un yoghurt. Después llegaron los siúticos y le llamaron “Efecto IKEA”, pero ya es otro tema.
En la práctica fue un desastre porque, a pesar de hacerle caso al brocacochi que decía en la tele “lo revuelves, lo revuelves”, no le tuvimos paciencia. Es que, muy a pesar de revolver y revolver, el polvo no se disolvía. Y peor aún, para los que nos gustaba beber cosas heladas, la leche recién salida del refri no ayudaba para nada. ¡Si se lanzó llegando el verano!
Así que, esta campaña jugando al misterio, no sé si le jugó a favor o en contra. Iba a decir “fuiste weno, TuGurt”, pero es que no dio ni pa’ eso.
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