Kapo, antes de sus personajitos, tenía el cuento de engrupir con que seríamos campeones en cualquier deporte. La intención era buena, pero los que la llevaron a la fama, reconozcámoslo una vez más, en realidad fueron los del Milo. Ya cachan. Un chico que, a puro Milo, llega de grande a ser una gran estrella del deporte. Pero así veíamos el Kapo, antes de los Kapoanimados, antes del Kapo a $100, antes del “Tenemos seeeeed...”, antes de las pistolitas de agua, de los Kapokópteros y, cómo olvidarlo, antes de esas abominaciones de los dosmiles como ponerle gas y embotellarlo. Perdón, eso fue potente.
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