La era ochentosa se plagó de margarinas. No sé si antes ya existían, pero en los ochentas empezaron a aparecer y a brillar con todo. Y no importaba que fueran un sustituto más barato de la mantequilla (y por ende más cutre), porque con un comercial bonito, bien hecho y familiar, como éste de Dorina, la gallá la compró igual. Y me soplan que éste en realidad fue un relanzamiento... porque, de Dorina, existe un comercial aún más antiguo, supuestamente de 1980. Lo que me llama la atención es que, no sé si había mucho complejo, pero el tío Petronio ni mencionaba que era una margarina. Después meterían hasta a la Tía Tute, le enchufarían promos, le pondrían leche para “subirle el pelo”, en fin. Y aún existe.
Ahora no pocos cuestionan que a la margarina se le considere como un alimento. Pero cuando éramos brocacochis, echándosela a las tostadas y viendo tele, éramos happy.
[vía]
0 comentan