Ya llegan los tiempos de “el festival”. Porque así le llamábamos en la era ochentosa, porque era el único evento masivo que había, era el único festival que había, por lo que llamarlo “de Viña” era innecesario, hasta redundante si me lo preguntan. Y había sponsors que eran clásicos y estaban fijos cada año, entre ellos Wella. La compañía, hoy devenida al nicho profesional, en los ochentas era masiva. Tenía varios productos como el Koleston, el Lifetex y, por supuesto, Olapón (que si lo conociste como Olapón, y no como Wellapon, porfa toma tu carnet y lúcelo con orgullo). La versión más antigua, la del jingle cantado, es la que se recuerda más. Pero también está esta otra, de fines de la era ochentiloca, que igual es una joya y, a ratos, una cápsula del tiempo.
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