En 1993, Unilever compró una muy de capa caÃda Bresler y, desde ese dÃa, el desembarco de helados foráneos se dio con todo. No sé si fue la mejor época de Bresler. Como que todos los que vivimos la era ochentosa todavÃa le tenemos reservado un pedacito de corazón a esa Bresler de los ochentas. Pero es que en los noventas, la Bresler de Unilever, “un mundo nuevo en helados”, por fin habÃa conseguido ese empuje para lograr despegar y, lo más importante, salir de la sombra de Savory. Y llegaron helados hasta hoy recordados como el Cornetto, la Vienetta, el Calippo, Carte D’Or, etecé, etecé, etecé. Pero también llegaron otros que ya se olvidaron, como el Gino Ginelli (no confundir con Gino Vanelli… ése que cantaba). Y ahà aparecÃa nuestro galán italiano de turno, echando un Gino Ginelli en el canasto de una Vespa y saliendo a dar un paseo. Era 1994, y en los helados familiares, descartando los postres helados, estábamos todavÃa pegados en los sabores básicos. Gino Ginelli llegó rompiendo con eso, en 8 sabores. ¿SabÃs lo que era pasar de la vainilla o la lúcuma… al moka?
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