Suena extraño que una empresa nacional como la IRT, ya avanzando la era ochentosa, y después de una quiebra que para el común de la gente ni se notó, haya podido resistir la avalancha de marcas foráneas sin despeinarse mucho, y combinando en sus avisos la calidad y la tradición, haciendo suya su historia pre-IRT (cuando era la RCA Victor Chilena, pero sin mencionarlo). Y, hasta parte de los noventas, como que ése fue el cuento. Pero llegó un dÃa en que no aguantó más, cerró y vendió la marca. Y ahà como que todo se comenzó a ir lentamente a la chu…
[vÃa]
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