En la era noventosa, a Maver le picó con todo el lanzar productos que le hicieran la competencia a los clásicos. Y en eso, inventan Vapolatum que, espero, no necesitar explicitar cuál era el producto original. Inventaron todo un cuento con Tarzán y Jane, con sus complicaciones producto de vivir en plena selva, y con Jane teniendo que bancarse la situación de tener que vivir con un esposo que ama la vida salvaje, y que gusta de salir a pelear con leones de trapo de cuando en cuando.
La pega ahora es encontrar una farmacia en medio de la selva.
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Bajé a la bodega y encontré: El Motorcycle y los bootleg Game & Watch (2013, resubido)
- Por Preto
- octubre 29, 2023
Hace poco colgué en las redes la foto de mi primer "videojuego". Ahora resulta que, nadando en las catacumbas, encontré que le habÃa hecho un video completo que ni me acordaba que tenÃa.
Y sÃ, al final le puse pila y funcionó (si hay ánimo, hago la versión revisitada).
Hubo un tiempo en que las galletas las empezaron a hacer más pequeñitas. Y les fue bien. A tal punto que, no habiendo pasado mucho rato desde las Mini McKay, Costa también quiso y nos trajo las “chiquigalletas”, que en realidad fue una manera de llamar a sus versiones mini de las galletas que ya tenÃa en paquete grande (no alcanzó a ser ni marca). Y para promocionar tal copia, pues que hicieron uso de la clásica comedia dosmilera, con un galán engrupidor capaz de lanzar las adulaciones más cursis y falsas para conseguir galletas: “Déjame mirarte un segundo... Wow, qué ojos que tienes... No me mires asà porque vas a romper mi corazón...”
Pero, en fin. Humor que se quedó en los dosmiles.
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Decir lavaloza lÃquido ochentoso era decir Quix. Quik no, Quix. Nunca entendà por qué tuvo un nombre tan similar al producto de “tu amigo, el del sabor”, pero, al parecer, nunca les importó. Y Quix era siempre el mismo cuento: la soa dueña de casa lavando platos (y en varias veces, conversando con el locutor). Pero es que las soas ochentosas de la publicidad, salvo casos puntuales, no parecÃan soas. Quix repitió a la soa lavando platos hasta el fin. Lavar platos nunca fue un cacho en la tele, porque habÃa Quix. Y ahora encima con limón, producto que al final imitaron todos. De ahà que estas publicidades (al menos las de esta era) parezcan tan empelotantemente genéricas. Y nos quedaron marcadas por lo mismo. A veces se gana por insistente. A veces.
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El Spot del Recuerdo: Si tus cuadernos son Rhein, cuÃdalos (1999)
- Por Preto
- octubre 21, 2023
Y bien, en vista de que Rhein en serio se nos va, rescatemos una etapa y una campaña que, entre tanto “Jovi Rhein, todo me sale y me sale bien”, estaba a medio sepultar. A los cuadernos Rhein los hacÃan ver como si fueran tan bacanes, que ya eran medio como una especie valorada. Y asà llegamos a la campaña “Si tus cuadernos son Rhein, cuÃdalos”, que tenÃa varios spots en donde, si el dueño de un Rhein no tenÃa precaución, no llegaba con el cuaderno a la casa. Pero esto... esto de verdad que ahora estarÃa recontra funao. Pero funao funao.
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El Spot del Recuerdo: Junta Bresler (Nintendo, ni entiendo na yo eso...) (1992)
- Por Preto
- octubre 20, 2023
¡Es hoy, es hoy! El nuevo Super Mario Bros. Wonder al fin llegó, y aquà con los Oompas hacemos memoria de las promos que han hecho con Mario o con Nintendo por estos lados y, no sé si sea la promo más memorable (de más que fue alguna de Soprole, de las tantas que tuvo con las tapitas de yoghurt), pero posiblemente sea la más singular. Pusieron a un abuelo re cuico asà como en plan el-mundo-está-cada-dÃa-más-loco, hablando de juntar palitos de helados Bresler para ganarse un “Nintendo… ni entiendo na yo eso…” o descuentos en consolas y juegos, o helados gratis, que ya no eran el “vale otro”, sino que en un mismo palito te podÃas ganar hasta 10 helados. De no cachar na, el viejo le agarró el gustito y después no lo sacaron ni con grúa.
Y no, nadie conoce a alguien que le hayan salido los 10 helados de premio. Nadie.
El Profesor Rossa hizo un montón de avisos para Signal, dándole como bombo al flúor y a cepillarse los dientes seguido, y en todos terminaba invocando a esa caja gigante de pasta de dientes. ¡Signaaaaaaaaaaal! Y hasta lanzaron un juego de mesa, el Sabe Safari Signal, que venÃa gratis en los packs de 2 Signal que vendÃan en el súper. Me tinca que más de alguno por aquà lo tuvo.
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Suena extraño que una empresa nacional como la IRT, ya avanzando la era ochentosa, y después de una quiebra que para el común de la gente ni se notó, haya podido resistir la avalancha de marcas foráneas sin despeinarse mucho, y combinando en sus avisos la calidad y la tradición, haciendo suya su historia pre-IRT (cuando era la RCA Victor Chilena, pero sin mencionarlo). Y, hasta parte de los noventas, como que ése fue el cuento. Pero llegó un dÃa en que no aguantó más, cerró y vendió la marca. Y ahà como que todo se comenzó a ir lentamente a la chu…
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Tamos en los dosmiles, el futuro llegó y hay que hacer abominaciones. La Pepsi Twist ya se habÃa lanzado en varios paÃses, y cuando hubo que lanzarla en Chile, digamos que fue mÃnimo esfuerzo. Tomaron la misma campaña de fuera, que ya era literalmente un gil con un cartel apareciendo en cualquier lado, interrumpiendo el tránsito, y la doblaron. En otros paÃses, como México, la habÃan metido como placement hasta en telenovelas.
Bueh… asà mismo como sacaron una campaña de mÃnimo esfuerzo, asà no más les fue con la Pepsi Twist. Lo fresco no quita lo cutre.
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Oiga, don Preto, deme lo más Maluenda que tenga. Yo: no se diga más.
En las tandas del Dingolondango salÃan avisos como éste de Lucchetti, hechos por el mismÃsimo Enrique Maluenda frente a cámara. En un mundo en que ya era medio común en la publicidad el inventar cuentos de fantasÃa, con Maluenda fueron lo más old school que pudieron. Como que sólo asà se podÃa dar realce en todo su esplendor al “estilo Maluenda”. Onda que fueron a la misma fábrica a mostrar las máquinas y todo. En uno que otro programa retro se muestra el trozo final de este aviso. Pero merecÃa mostrarse completo. ¡Lucchetti da mucho más porque es puro corazón, puro corazón de trigo!
Hace un tiempo comentábamos la locura de promocionar la resistencia de un papel higiénico poniendo a un actor colgando de éste, en una manifestación más del tradicional recurso publicitario del “exagero para probar mi punto”. Obvio que una tira del (mal) llamado “papel confor” no aguanta eso. Y ahà tenÃamos al Pato Strahovsky (¿doblado por Roberto Poblete?) demostrando la resistencia del papel, aunque medio urgido, asà como asustado pero colgando del papel… ¿como si alguien lo hubiese obligado? Esa incomodidad se relajó un poco al tiempo después, cuando lanzaron la secuela y aumentaron la apuesta poniendo a la Consuelo Holzapfel que, con un toque de cordura, mientras el Pato estaba haciendo atrás el soberano loco, recordaba las bondades del producto, el que ahora, como pare’que le fue bien, venÃa en tres colores. Pero era tal la euforia del Pato, que hasta la Consuelo sucumbió a la locura y… en fin, la perdimos y se puso a balancearse en el papel también. ¡Suaveeeeeeeeeee...!
El Spot del Recuerdo: Si tienes sed, un litro de sed... (Refrescos Caricia, 1983)
- Por Preto
- octubre 12, 2023
Y juntamos dos cosas que aparecieron hace muy poco: el spot de 1983 de los refrescos Caricia que lanzó el famoso y memorable jingle “Si tienes sed / un litro de sed / refrescos Caricia, Caricia, Caricia / y chao a la sed”, el que recordamos hasta el dÃa de hoy, no por el spot, que quedó sepultadÃsimo, sino que por el chascarro de Don Francisco en Sábados Gigantes cuando, en medio del jingle, rompe la escenografÃa… episodio que también va aquÃ, al final del video y de yapa, porque fue reemitido recientemente en REC (y lo tenemos por fin en buena calidad y no el resubido del resubido del… ustedes cachan).
En la era ochentosa estaban bien de moda el Olapón, el Sedal, el Linic, Vitapelina... todos esos shampoo. Pero, pequeñÃn, ¿sabÃas cuál era de verdad el shampoo “del pueblo”? El Ballerina y que no se discuta. Este sobre de 60 gramos estaba en todos los almacenes. Era masivo y barato con escándalo. Y si no, por una chaucha más comprabai Glossy. Y serÃa. A todo esto, decir “andar al pelo” o “lucir al pelo” es muy old school. Si usaste esas frases, ven con orgullo y toma tu carnet. Porque pa’l “qué linda te ves con Ballerina”, faltaba harto todavÃa.
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