Y ya que está quedando la cola de marzo, vamos con un vacunón memorable de temporada. Toda una institución noventera llegando marzo: Soluciones Escolares. Porque sí, existían aún los suplementos escolares que venían gratis con el diario, pero esto pretendía tener algo mejor pelo. Por sólo $1.100 de la época (en plata de 2023 unos $3.100, plata que en la época jamás mis viejos se hubieran permitido gastar en esto cada semana) venía la revista, la "enciclopedia del estudiante", sus recortables, un diccionario con cada número (pero que igual te lo tenías que hacer lulito y guardártelo, porque en el colegio pedían los clásicos Sopena de siempre), un libro de literatura universal supuestamente “de los que te pedimos en el colegio” (jamás me pidieron leer literatura que viniera de Soluciones Escolares o algo parecido) y, para completar el vacunón, con los primeros números venían las partes de una mochila para armar. En esta edición de 1996 venían en los dos primeros números, pero juro de guata que recuerdo que en otros años venía una pieza por número: una semana venía un bolsillo, la semana siguiente venían los tirantes, y así. Sólo a Soluciones Escolares se le ocurrió vender una mochila por partes, y que no era la gran cosa tampoco, era una mochila sencilla que... cumplía.

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Ahora, convengamos que esto era de tiempos pre-Internet, en los que teniendo en cuenta que llegaban a los colegios las editoriales como Salvat, Océano o similares, a armar concursos de dibujo vacunones, para después hacer la premiación en algún hotel del centro, no sin antes encerrar a todos los papitos en el salón del hotel para embut... perdón, ofrecerles enciclopedias a crédito, era lógico que pensaran que a la hora que saliera el Profesor Banderas en la tele ofreciendo poco menos que una enciclopedia por luca semanal, esto fuera grito y plata. O sea, el profe ahí en la tele decía que era una enciclopedia, pero porfa, más respeto con las enciclopedias, era un "diccionario enciclopédico" no más, no le pongai color. En el fondo te vacunaban por ambos lados: o te ofrecían enciclopedias caras que tus papitos tenían que pagar a crédito... o te vacunaban con cosas como ésta.

Juro que, si de tanto nombrar “vacunón” en este post [en redes sociales] sale la franja informativa del bicho innombrable, me parecería demasiado chistoso. Vacunón.

El Icarito era la cumbia, y gratis. Y nadie, nadie dijo jamás “¡Viento!”. 

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