Me costó creer esta
abominación. Con esto no sólo me desayuné, me almorcé, me tomé once y me
hice un bajón a la 1 de la mañana como la otra vez, sino que además me
alcanzó pa’ un tocomple del Doggis con jugo Yupi a las 3 de la mañana.
Vamos preparando esas generosas bolsas de mareo porque, en nuestra
sección “Si Pato come pez”, presentamos una nueva abominación sacada de
en medio de los dosmiles: los chicles Dos en Uno alcanzaron a caer en el
flagelo del reggaetón. Yep. Los últimos manotazos de ahogado de estos
tradicionales chicles, antes de caer en una triste irrelevancia de la
que no salieron más, fueron al ritmo de esta cosa. El cuento estaba en
regalar un tattoo con cada chicle con diseños que, desde lo incipiente
de la nueva moda (que al final, penosamente, no fue moda) intentaban
estar a tono con ésta, en una promo que terminó olvidadísima. No voy a
emitir más comentarios. De todas formas, esto mete la cabeza al guáter
por sí solo.
0 comentan