Ok. Ya cambiamos logo por uno mucho más ondero, nos deshicimos de ese teléfono anticuado, acortamos nuestro nombre y ahora somos CTC, una empresa muchisisísimo más choriflai. Ahora vamos a instalar teléfonos públicos como si no hubiera un mañana. Y sí, aunque ya lo había dicho, si sabes la diferencia entre las cabinas amarillas y las azules… se te cayó, recógelo. Equis de.
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