Otra vez caigo en el recuerdo de algo que alguna vez vi y que tiene demasiado retro por segundo que hasta a mà me supera. CorrÃa la década de los sesentas y los gringos estaban en la moda de sacar montones de productos para hacer en casa cosas que originalmente no se hacÃan en casa o bien para hacer de forma instantánea cosas que requerÃan de tiempo y trabajo. Eran tiempos de revolución en la vida hogareña de la familia gringa, tiempos que habÃan comenzado en los cincuentas con el auge industrial que vino posterior a la guerra. Estaba en full auge el tema del consumo, y en la tele se llegaban a promocionar cosas como tener un automóvil... o mejor dos, uno para él y otro para ella. Y entre tanto auge de nuevos productos de consumo, alguien creó una forma simplificada y casera de hacerse la permanente en el pelo que, convengamos, no era nada nuevo aún en tal época, ya que los primeros métodos se inventaron en la segunda mitad del siglo XIX. Pero de pronto ahà estaba la posibilidad. De todas formas, desconozco el éxito de este producto, toda vez que las mujeres hoy en dÃa lo más que intentan por su cuenta es teñirse el pelo.
0 comentan