Con qué palabras podrÃa yo explicar todo lo que yo solidarizaba con ese globito que aparecÃa en mi pantalla aún en blanco y negro, mientras pasaba otra temporada otoño-invierno en cama resfriado, sintiéndome horrible. El globo de Anacin, otro memorable ochentero que apareció nuevamente ante mis ojos en un moderno dÃa de la actualidad, época preciosa en que no te mandan a la cama todo el invierno "porque no hay plata pa' pastillas".
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