Pocos comerciales tan hinchapelotas y chillones como éste. Pocos. Pero se hizo para los niños, así que había que hacerlo así de estridente para llamar la atención y que sirviera para que el niño, tan influenciable por la televisión, a la hora de ser alimentado se manifestara como buena ratita y exigiera su huevo diario igualito que en la canción. Pero ojo, "dame mi huevito", en singular, porque si no, flor de colesterol.
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