Es fines de los ochentas y lo que ya estaba naciendo como una pequeña gran revolución en los paÃses desarrollados desembarca en nuestros terruños como lo más top de lo top. Llegaban los "celulares". Cualquiera que vea un terminal de esos de unos 5 o 10 años atrás y se atreve a llamarlo "ladrillo", sin duda no sabe cuáles eran los verdaderos "ladrillos". Lo de andar con la baterÃa en una maleta no es un mito. Fue absolutamente cierto y uno de estos 3 terminales que componÃan la oferta original era una verdadera maleta con teléfono que en uno que otro monólogo algún comediante decÃa que habÃa que subir el cerro con la maleta para hablar. Más en serio, daban ejemplos de posibles llamadas: desde Farellones, o desde los faldeos cordilleranos a Casablanca, o desde Viña a Santiago, o hacia cualquier parte del mundo (y ahà entramos a los terrenos de lo más top de lo top). Lo cierto es que la cobertura era muy acotada y se reducÃa a Santiago, Región de ValparaÃso y Ruta 68, y eso serÃa todo. Hoy lo miramos y no nos parece ni un brillo. Aún cuando nos digan que es "confidencial". Nunca fue confidencial. Era el tiempo de los sistemas análogos. Me acuerdo del único que tenÃa celular en la cuadra y se le escuchaba todo usando una radio FM apuntando bien la antena.
Después de todo, un lujito que sólo se podÃa dar la elite.
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