Hagamos de cuenta que un niño en edad escolar comienza a aprender el significado de nuevas palabras y en eso aparece la palabra "frustración". La madre, cegada en su dominio de dueña de casa, le da un ejemplo dentro de su dominio: "Es cuando descubría manchas en la ropa recién lavada". La verdad es que no me imagino qué respuesta pelotuda habría dado el niño en su clase si el profesor le hiciera la misma pregunta. Los niños aprenden de los padres. En más de alguna serie de TV hacen quedar a los padres como auténticos imbéciles (Timmy, Cosmo, Wanda, ¿verdad que sí?). Donde esto poco se ve es en los comerciales. Los padres siempre creen saber qué es lo mejor: que esta leche, estos pañales o este yoghurt es el mejor. Los padres siempre aparecen como que tienen la razón. No importa que estén equivocados. Por eso, a veces los "peques" hablan puras huevadas. Porque a algunos padres no les interesa ni se meten, y si es que lo hacen, lo hacen mal, como Don Ramón cuando le ayuda en las tareas de Geografía o de Lenguaje a la Chilindrina y le dice que queso se escribe "keso" o que Francia es la capital de Europa.
Gracias, publicidad. Han dejado a los padres, ya no en programas de TV ni en dibujos animados, sino que en la vida real como auténticos idiotas.
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