Capítulo I
- ¿Y fuiste a Mafalda?
- No... es que iba a ir el domingo en la mañana y desperté tarde. Desperté como a las 2...
- ¿Y en qué quedamos?
- Ya...
- Si quieres que las cosas cambién, empieza por cambiar algunas cosas tú. ¿De qué sirvió lo que hablamos? ¿De qué sirvieron los cafés? Escúchame. Yo te necesito al cien por ciento. Yo te necesito para sacar los temas, para que podamos hacer cosas. Yo confío en tí para sacar nuestros temas, porque tú tienes experiencia, conoces el negocio. Yo no puedo confiar tanto en él. Lleva menos tiempo. En cambio en ti sí...
- Es que son otras cosas. Ya no me siento bien aquí. Siento como que se acabó la buena onda. La veo siempre enojada, siento que no le estoy cumpliendo. Y yo también siento que no me estoy cumpliendo a mí mismo. Yo antes era otro. Yo era feliz trabajando aquí. Pero ya después de 6 años en que no ha cambiado nada...
- Pero por eso. Por eso que no te puedes quedar sin hacer nada los fines de semana. Aprovecha de distraerte. Anda a lo de Mafalda. El lunes te voy a preguntar si fuiste.
- ...y en una de esas paseando por ahí conozco al amor de mi vida, ¿cierto?
- ¿Por qué no? - dijo ella - Y ahora acompáñame a buscar café.
- No... es que iba a ir el domingo en la mañana y desperté tarde. Desperté como a las 2...
- ¿Y en qué quedamos?
- Ya...
- Si quieres que las cosas cambién, empieza por cambiar algunas cosas tú. ¿De qué sirvió lo que hablamos? ¿De qué sirvieron los cafés? Escúchame. Yo te necesito al cien por ciento. Yo te necesito para sacar los temas, para que podamos hacer cosas. Yo confío en tí para sacar nuestros temas, porque tú tienes experiencia, conoces el negocio. Yo no puedo confiar tanto en él. Lleva menos tiempo. En cambio en ti sí...
- Es que son otras cosas. Ya no me siento bien aquí. Siento como que se acabó la buena onda. La veo siempre enojada, siento que no le estoy cumpliendo. Y yo también siento que no me estoy cumpliendo a mí mismo. Yo antes era otro. Yo era feliz trabajando aquí. Pero ya después de 6 años en que no ha cambiado nada...
- Pero por eso. Por eso que no te puedes quedar sin hacer nada los fines de semana. Aprovecha de distraerte. Anda a lo de Mafalda. El lunes te voy a preguntar si fuiste.
- ...y en una de esas paseando por ahí conozco al amor de mi vida, ¿cierto?
- ¿Por qué no? - dijo ella - Y ahora acompáñame a buscar café.
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