Prende la Tele Internacional: Los logos de Televisa en 1973
- Por Preto
- diciembre 14, 2014
Ya lo comentamos antes: como si con tres canales no tuviera suficiente, el entonces ya gigantoso Telesistema Mexicano, al ver que TIM, una cadena provinciana que llegaba a la capital (luego de adjudicarse la concesión del canal 8) le comenzó a hacer competencia, optó por lo simple si es que se tienen muchas lucas en el bolsillo, o sea, comérsela. Entonces fue que en 1973 nació Televisa e irrumpió en las pantallas una imágen que podrÃa calificarse de... rara. Una especie de estrella mutante de 7 puntas armada electrónicamente quién sabe cómo, tras el clásico logo del óvalo de listones y bajo éste, las letras de Televisa en mayúscula y tratando de formar un logo "TV". Por si fuera poco, con una música media extraterrestre de fondo.
En estos logos extraÃdos de capÃtulos del Chavo del Ocho emitidos en esos años, aparece la voz de una jovencÃsima MarÃa Antonieta de las Nieves: "Televisa, a través de su canal 8, presenta...". Son tres logos, cada uno con una música distinta... aunque en realidad son cuatro: el último omite con serrucho la frase "a través de su canal 8". ¿Será que ya en ese mismo año a Chespirito lo sacaron del canal 8 y lo mandaron a otro de los canales del grupo?
PodrÃa decir que ese meme de la rana René de ayer resume todo mi sentimiento luego de haber llegado a mantener este espacio con vida por toda una década. Meter menos ruido que una pluma. El asunto era hacerse temático o morir. Ésos que estuvieron siguiendo de cerca este lugar, comenzaron a irse y a dejar además sus propios espacios botados, en favor de la nueva maravilla de las redes sociales, algo que el blog habÃa comenzado como diarios de vida personales donde cualquiera podÃa poner sus pies y dejar rastro de su presencia. Se armaron grupos, juntas blogueras, eventos varios. Fue una época bonita.
El antecedente de este espacio fue un blog enteramente personal, más precisamente una "bitácora", como en España se acostumbraba llamar, denominación que aquà heredamos. Eso fue Webzetera, un espacio que quiso ser algo bonito y con alma, que me sirvio para conocer buena gente, algunos con accidentes entre medio siguen hasta hoy, pero que tuvo un final triste. Un bajón depresivo que se arrastró por un par de meses me llevó a cerrarlo, un 3 de diciembre del 2004, dÃa viernes. Recuerdo que muchos se despidieron ese dÃa. Pero ya el lunes siguiente comenzaba nuevamente, en limpio y con otro nombre. Otra vez, con una orientación puramente personal. No le dije a nadie al comienzo. Pasó sus años como espacio personal, para luego comenzar de a poco a meter otros temas. La música. La tele. Incluso llegó a ser un espacio para dejarle algunas lÃneas más o menos seguido a la mujer soñada que aún no llegaba -y que aún no llega-. Pero el golpe de timón definitivo fue hacia lo retro. Eso coincidió más o menos con el boom de Facebook. Fue casi justo a tiempo.
Entre medio me metà a hacer podcast. Los primeros experimentos fueron dentro del primer año. Jugaba a hacer lo que hacÃan otros y que sentÃa que podÃa resultar. Mucho antes que se pusieran de moda los "youtubers", a 5 años de empezar el blog, me comenzaba a preguntar si era hora de hacer videos para el blog. Empecé a documentar la vida casera, publiqué un video de mi mudanza, traté de hacer trabajos pseudoartÃsticos, o sea de esas cosas que uno tiene todas las ilusiones de que fuera algo artÃstico, pero que se quedaban ahÃ. Pasé a la misma orientación personal de los comienzos del blog, pero en video. Hice una serie de 7 capÃtulos de mis primeras vacaciones "muy lejos de casa" que aún me emociona por algunos momentos al verla. Hice un "no-ticiero" agarrándome de titulares estúpidos de los publidiarios. Hice una serie de corta vida de monólogos siguiendo más o menos el estilo de los youtubers gringos aunque, mejor dicho, una youtuber canadiense que en ese tiempo hacÃa videos asÃ, pero que actualmente hace videos de viajes -muy interesante, vale la pena verla-. Algunas fueron buenas experiencias, otras más o menos y otras definitivamente nefastas -ya estaré comentando eso dentro de este mes aniversario-. Hice una serie de lo cotidiano, tratando de darle un toque artÃstico, que no sé aún si lo logré y en qué medida. El triste sepia fue por años el color dominante, hasta que ventilé todo este lugar y le dà vivos colores rojos y naranjas. Mientras tanto, logré hacer una serie vivencial en la que cuento historias cortas, grabadas en los mismos lugares en que las vivà y que, creo, ha sido lo más bonito que he hecho.
Han pasado tantas cosas y ha pasado tanta agua bajo la cuerda floja llevando tantas cosas. Pero eso ya formará parte de este mes aniversario. Un mes que no podrÃa llamar "de celebración" -porque aún siento que es como dice una canción de Cristina y Los Subterraneos, o sea, que "no hay nada que celebrar"-. Más bien, y siendo bien generosos, un mes de conmemoración.
Para la posteridad, será un mes de recuerdos. De esos que siento que hasta el ruido de una pluma ha logrado hacer deslucir y que ahora comienzan a aparecer con la dignidad de quien siempre trató de hacer lo que muchos allá afuera aún buscan: hacer lo que me gusta.
El antecedente de este espacio fue un blog enteramente personal, más precisamente una "bitácora", como en España se acostumbraba llamar, denominación que aquà heredamos. Eso fue Webzetera, un espacio que quiso ser algo bonito y con alma, que me sirvio para conocer buena gente, algunos con accidentes entre medio siguen hasta hoy, pero que tuvo un final triste. Un bajón depresivo que se arrastró por un par de meses me llevó a cerrarlo, un 3 de diciembre del 2004, dÃa viernes. Recuerdo que muchos se despidieron ese dÃa. Pero ya el lunes siguiente comenzaba nuevamente, en limpio y con otro nombre. Otra vez, con una orientación puramente personal. No le dije a nadie al comienzo. Pasó sus años como espacio personal, para luego comenzar de a poco a meter otros temas. La música. La tele. Incluso llegó a ser un espacio para dejarle algunas lÃneas más o menos seguido a la mujer soñada que aún no llegaba -y que aún no llega-. Pero el golpe de timón definitivo fue hacia lo retro. Eso coincidió más o menos con el boom de Facebook. Fue casi justo a tiempo.
Entre medio me metà a hacer podcast. Los primeros experimentos fueron dentro del primer año. Jugaba a hacer lo que hacÃan otros y que sentÃa que podÃa resultar. Mucho antes que se pusieran de moda los "youtubers", a 5 años de empezar el blog, me comenzaba a preguntar si era hora de hacer videos para el blog. Empecé a documentar la vida casera, publiqué un video de mi mudanza, traté de hacer trabajos pseudoartÃsticos, o sea de esas cosas que uno tiene todas las ilusiones de que fuera algo artÃstico, pero que se quedaban ahÃ. Pasé a la misma orientación personal de los comienzos del blog, pero en video. Hice una serie de 7 capÃtulos de mis primeras vacaciones "muy lejos de casa" que aún me emociona por algunos momentos al verla. Hice un "no-ticiero" agarrándome de titulares estúpidos de los publidiarios. Hice una serie de corta vida de monólogos siguiendo más o menos el estilo de los youtubers gringos aunque, mejor dicho, una youtuber canadiense que en ese tiempo hacÃa videos asÃ, pero que actualmente hace videos de viajes -muy interesante, vale la pena verla-. Algunas fueron buenas experiencias, otras más o menos y otras definitivamente nefastas -ya estaré comentando eso dentro de este mes aniversario-. Hice una serie de lo cotidiano, tratando de darle un toque artÃstico, que no sé aún si lo logré y en qué medida. El triste sepia fue por años el color dominante, hasta que ventilé todo este lugar y le dà vivos colores rojos y naranjas. Mientras tanto, logré hacer una serie vivencial en la que cuento historias cortas, grabadas en los mismos lugares en que las vivà y que, creo, ha sido lo más bonito que he hecho.
Han pasado tantas cosas y ha pasado tanta agua bajo la cuerda floja llevando tantas cosas. Pero eso ya formará parte de este mes aniversario. Un mes que no podrÃa llamar "de celebración" -porque aún siento que es como dice una canción de Cristina y Los Subterraneos, o sea, que "no hay nada que celebrar"-. Más bien, y siendo bien generosos, un mes de conmemoración.
Para la posteridad, será un mes de recuerdos. De esos que siento que hasta el ruido de una pluma ha logrado hacer deslucir y que ahora comienzan a aparecer con la dignidad de quien siempre trató de hacer lo que muchos allá afuera aún buscan: hacer lo que me gusta.