Era la primera mitad de los noventas y con ello el apogeo de los créditos de consumo. Los bancos lanzaban sus divisiones de créditos de consumo para quienes no les daba para ser sujetos de crédito de los bancos tradicionales. La razón era simple: todo mundo querÃa consumir, desde el que ganaba el sueldo mÃnimo hasta más arriba de la clase media, se defina ésta como se defina (hoy cualquier payaso del circo zoológico de Chile lanza su definición de ese concepto). Pero asà como habÃan ganas de consumir, habÃa tantas opciones de endeudamiento, que cada financiera o división de crédito de consumo tenÃa que convencer, a menudo sin muchos fundamentos más allá de un mensaje de ser los más convenientes o bien con algún recurso audiovisual original. En Chile existe y está muy arraigado el modismo de "pasarse pelÃculas". Corfinsa lo aprovechó a su favor con una propuesta retro que jugó a usar los códigos cinematográficos. Y le quedó simpática. Póngale play y recuerde.
Era la primera mitad de los noventas y con ello el apogeo de los créditos de consumo. Los bancos lanzaban sus divisiones de créditos de consumo para quienes no les daba para ser sujetos de crédito de los bancos tradicionales. La razón era simple: todo mundo querÃa consumir, desde el que ganaba el sueldo mÃnimo hasta más arriba de la clase media, se defina ésta como se defina (hoy cualquier payaso del circo zoológico de Chile lanza su definición de ese concepto). Pero asà como habÃan ganas de consumir, habÃa tantas opciones de endeudamiento, que cada financiera o división de crédito de consumo tenÃa que convencer, a menudo sin muchos fundamentos más allá de un mensaje de ser los más convenientes o bien con algún recurso audiovisual original. En Chile existe y está muy arraigado el modismo de "pasarse pelÃculas". Corfinsa lo aprovechó a su favor con una propuesta retro que jugó a usar los códigos cinematográficos. Y le quedó simpática. Póngale play y recuerde.
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