Cualquier cabro chico como uno, que vivió al lado de una construcción, llega a familiarizarse con los materiales de construcción. Se hacen inolvidables el ladrillo "Princesa", el Elastol, que "agarra y no suelta" y su ilustración de un gran bulldog con cara de enojado, la Masisa, las cerraduras Scanavini, los enchufes Bticino, los pisos Flexit (¿aún existen?) y un gran etcétera (¿ve cómo terminé así de rayado?). Pero hay un material que se queda con un lugar privilegiado y, más aún, como la gran marca de cemento de los ochentas (o incluso antes): el Cemento Polpaico.
"Cemento Polpaico, símbolo de alta resistencia" rezaba el eslogan. Como muchas campañas de ayer y hoy, se basa en la figura del "superhéroe al rescate". Fortachín, nuestro personaje destacado e ícono de la publicidad chilena de todos los tiempos (hay que decirlo) no hace nada. Aunque en verdad, lo único que hace Fortachín es presumir de su fuerza con el saco de cemento al hombro. Pero en fin, la magia de la televisión nos hace creer que usted o yo, padre de familia, árbitro de fútbol, o simplemente en la circunstancia que se le venga a usté una crecida de rio o un camión encima, puede pescar el saco de Polpaico y en cuestión de segundos parar una ampliación, un Estadio Nacional completo en los terrenos de una cancha de barrio, una represa o lo que se le ocurra.
Esta campaña publicitaria es de 1978 y formó parte quizá de la camada de los primeros comerciales en color de la televisión chilena. Evidentemente editados en formato telecine, el tiempo les ha robado algunos colores, pero de todas maneras un gran aporte de la misma Polpaico que tiene su canal en YouTube.
Era linda la tele de antes. Pura fantasía.
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