Eran los 90s. Los fines de semana eran de sintonizar religiosamente el Megavisión para ver otro nuevo partido de Iván Zamorano jugando con el Real Madrid y haciendo goles partido tras partido. Tiempos en que los más grandes recuerdan que no andaba nadie en la calle a esa hora, porque todo mundo estaba en sus casas viendo al "pichichi". Aunque reconozcámoslo: Clos de Pirque hacía comerciales "llorones". Ahí era donde le interesaba atacar. Y además con una analogía como pocas: "la calidad va por dentro". Nosotros, seres humanos, finalmente y aunque no queramos, dejamos salir los sentimientos desde dentro, independientemente de la imagen que queramos que se vea desde fuera. Y, como analogía, este vino era conocido desde su introducción al mercado como un vino sin adornos, sin medallas ni nada parecido. Eran tiempos en que uno de los vinos ya existentes en el mercado, "120" de la Viña Santa Rita, se mostraba al mundo con su eslógan "Elíjalo por sus medallas". Clos de Pirque era todo lo contrario en imagen. Lamentablemente, y con el tiempo, cayó en la categoría de vino "cartoné", denominación despectiva que se le da a todos aquellos vinos que cayeron en la tentación de dejar el vidrio por el Tetra Pak, y con ello caer en el mismo saco de los vinos de mala calidad, elaborados con uva de mesa. De nuevo, lamentable. Aunque a juicio de muchos, la declinación en la calidad del vino chileno "masivo" comenzó con el "Familiar" de Viña Concha y Toro, pero ahí nos metemos en otro tete...
Eran los 90s. Los fines de semana eran de sintonizar religiosamente el Megavisión para ver otro nuevo partido de Iván Zamorano jugando con el Real Madrid y haciendo goles partido tras partido. Tiempos en que los más grandes recuerdan que no andaba nadie en la calle a esa hora, porque todo mundo estaba en sus casas viendo al "pichichi". Aunque reconozcámoslo: Clos de Pirque hacía comerciales "llorones". Ahí era donde le interesaba atacar. Y además con una analogía como pocas: "la calidad va por dentro". Nosotros, seres humanos, finalmente y aunque no queramos, dejamos salir los sentimientos desde dentro, independientemente de la imagen que queramos que se vea desde fuera. Y, como analogía, este vino era conocido desde su introducción al mercado como un vino sin adornos, sin medallas ni nada parecido. Eran tiempos en que uno de los vinos ya existentes en el mercado, "120" de la Viña Santa Rita, se mostraba al mundo con su eslógan "Elíjalo por sus medallas". Clos de Pirque era todo lo contrario en imagen. Lamentablemente, y con el tiempo, cayó en la categoría de vino "cartoné", denominación despectiva que se le da a todos aquellos vinos que cayeron en la tentación de dejar el vidrio por el Tetra Pak, y con ello caer en el mismo saco de los vinos de mala calidad, elaborados con uva de mesa. De nuevo, lamentable. Aunque a juicio de muchos, la declinación en la calidad del vino chileno "masivo" comenzó con el "Familiar" de Viña Concha y Toro, pero ahí nos metemos en otro tete...
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