Infancia Friki: Magia de Amor

  • Por Preto
  • enero 11, 2014

Para comenzar con esto tendríamos que viajar al año 1987 o 1988 más o menos. Mi viejo llegó con un cassette que a toda impresión se trataba de música infantil, era cosa de ver la carátula (imagen). Traía 10 temas por lado y las canciones eran tan simples, pegotes, alegres y felices que para mi hermana fue amor a primera escucha. De hecho insistía para escucharlo todos los días. A ese extremo. Se sabía todas las canciones de memoria. A mi me parecía un poco raro, ya que se trataba más que de música infantil, de música que mencionaba ángeles de la guarda, Jesús, Dios, el cielo y todas esas cosas. Hacían referencia a un cielo feliz y bonito, donde te encuentras con todos tus seres cercanos que ya fallecieron. Todo, tooooooodo, comunicaba mensajes de ser obediente, ser servicial, ser limpio, en fin, puras virtudes que dudo que haya algún padre que no las agradezca. Con el tiempo, hasta yo me aprendí (a la fuerza) todas las canciones de memoria y me comenzó a parecer hasta mamón. Después de todo ya tenía unos 8 o 9 años y ya poco enganchaba con cosas como ésas. Si con decir que cuando volvió Pin Pon a la tele el '90 lo encontraba MUY mamón e inocentón y no lo veía por lo mismo. La historia terminó, paradojalmente, para una Navidad. Mi viejo quería grabar un bailable cumbianchero en la radio y no habían cassettes para grabar en casa. Entonces, muy respetuoso (porque a esas alturas él también se sabía las letras completas) le fue a pedir permiso a ella para usar el cassette para otra cosa (a mí no fue necesario, porque sabía que me cargaba). Obviamente se opuso. Finalmente, a regañadientes, con pena, y después de escuchar que "te voy a comprar otro después", cedió. Y esas letras tan alegres y esas melodías tan pegajosas que hablaban de un mundo feliz, bajo las menos inocentes letras de insignes como Pachuco y Tommy Rey, se borraron para siempre. O casi.

Pero la historia no se acabó ahí. Sorpresa nos dio una mañana de sábado del 2003 o 2004 prender la tele y ver en el Vidavisión los clips de las mismas canciones. O sea que también tenían clips. Sólo nos reímos. Y alguna vez fuimos felices con esto, pensábamos.

Y el final, por ahora, llegó de la mano de Internet. El YouTube tiene el poder de traer del pasado hasta lo que se nos olvidó o ni sabíamos que existía. Ahí, y en otros lados más, descubrí que se trataba de una serie de cassettes y videos rotulados con "Magia Celeste" (otra vez, ver imagen). Los productores de este empalagosamente feliz contenido eran una organización internacional llamada "Niños de Dios", hoy "La Familia Internacional". Su fundador fue un californiano de nombre David Brandt Berg, quien escribió lo que sería el libro base de la organización, "Las Cartas de Mo", que básicamente eran material de uso doctrinal. De ahí que se le denomine una secta en lugar de una Iglesia cristiana, ya que no tiene como libro base la Biblia. Este señor Brandt, como buena secta que se precie de tal (¿?) ha sido acusado de abuso sexual y pedofilia (CHAN) y tal ha sido la mala fama, además de haber admitido que la organización andaba en cosas raras, al menos hasta mediados de los ochentas, que sus miembros viven repartidos alrededor del mundo en forma secreta y hasta reclusoria (recontra CHAN). Y efectivamente, la organización/secta ponía en su mensaje un fuerte hincapié en el cielo y en sus profecías del fin del mundo. Además negaban la existencia del infierno, así que si eras de ellos te ibas al cielo sí o sí. Revisar la Wikipedia y este artículo en Catholic.net y este otro también en donde se agrega la práctica de técnicas proselitistas. Y si quiere lo revisa también en varios videos que andan dando vuelta en YouTube. Chan final.

En fin, como muestra, uno de esos clips o "Chiqui Videos" ("Kiddie Viddie", su nombre original en inglés) cuya música formaba parte además de ese cassette con la amorosa leyenda "Magia de Amor" en el lomo. Fueron producidos entre 1983 y 1986 y lograron distribuir millones de estas cintas alrededor del mundo en distintos idiomas. No está de más la advertencia, si tienen niños chicos y no quieren tener que escucharlas a cada rato de boca de su primor, recomiendo discreción y que no estén cerca del computador.

Con o sin polémica, acusaciones de perversiones y orgías varias, y como siempre lo digo, uno ve lo que quiere ver y escucha lo que quiere escuchar.

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