A mediados de septiembre ya estaba más o menos decidido: el blog cerraba el 1 de octubre. Motivos personales, esa "excusa" que se da cuando no se quiere dar la real excusa. Pero la historia parte antes.
El 19 de julio empecé lo que siempre escuchaba que era una buena práctica para un blog: entradas periódicas con temas fijos. Entonces pensé que era tanto lo que en su temática este blog podÃa incorporar que ordené los "temas" en secciones semanales, tomé "secciones" que venÃan de antes, le cambié de nombre a algunas y fusioné otras. Tal que todos los dÃas habÃa algo de acuerdo a este calendario, si se le puede llamar de alguna forma. Y yo me impuse mi propia máquina. De hecho, a veces dejaba varios post programados para que no me pillara la máquina. Pero tener un post al dÃa (ni hablemos de dos o más) era un lujo que se pueden dar los blogs colectivos, con columnistas que dedican al menos un par de horas a cada artÃculo. Yo estaba lejos de eso, por el contrario, siempre pensaba que el Canal no era un blog siquiera rescatable, era un mero juguete, mantenido en media hora diaria y de esos de la peor calaña, de los que se escriben en la cama antes de dormir.
Cada dÃa un artÃculo. ParecÃa casi estúpido, para un blog de circulación tan modesta como éste, imponerse ese tipo de compromiso. Al poco rato, en reemplazo de Don Podcast que se habÃa suspendido a mediados de julio, creé otro podcast en base a material original que duró tres capÃtulos y luego lo desaparecà de la faz del planeta. No era malo, pero habÃa salido mal evaluado en vista de la orientación que estaba tomando el blog. No era consistente con el "todo", en esos dÃas (que no son tan lejanos, ¡hace sólo dos meses!). Era como el "lejano" Vlog Tivi, pero en podcast. De hecho, fue casi el mismo esquema. Pero tenÃa un fantasma: el fantasma de la no aceptación de su versión padre, la del vlog. De ahà que los videos de ese canal de YouTube hoy en dÃa se publiquen todos ocultos, para que sólo sean accesibles desde aquÃ. La audiencia de YouTube sencillamente es otra para ese tipo de material. Siempre decÃa que en los vlogs populares, de esos en que se para un tipo frente a la cámara a hacer un monólogo, no cabÃa gente mayor de 25, tanto productores como consumidores de contenido. Y efectivamente es asÃ.
Al poco andar se sumaron dos vlogs, pese a que aún seguÃa ese fantasma. Ni el año pasado, cuando estaba el boom, hacÃa dos vlogs paralelos. Muchas veces ocupaba la tarde del domingo completa en grabar y editar, terminando de editar casi a medianoche y sabiendo que uno de los dos tenÃa que estar arriba al otro dÃa en la tarde. Ya con lo de restringir el acceso a los videos sólo desde este blog me sentÃa un poco más a salvo de gente que simplemente no entendÃa, o bien que no acepta que alguien de treintas juegue a ser joven. TodavÃa recuerdo cuando fue el terremoto del 2010 y las radios del grupo Dial se unieron en cadena para cubrir el suceso, emulando a IARC. Algunos teenagers y otros no tanto reclamaban con preguntas del tipo "¿Qué hace ese viejo hablando en la Carolina?". Y la verdad es que las cosas han cambiado y ese simple hecho lo demuestra.
Ya en septiembre las ganas empiezan a bajar. Las secciones se empiezan a repetir, ya no son regulares y los vlogs no salen todas las semanas. Entonces fijé el fin para el 1 de octubre. Hasta cuenta regresiva hubo al final de cada post. Esto siguió durante octubre hasta que hoy, finalmente, comienza una etapa de transición. Una transición hacia hacer otras cosas. O hacer las mismas, pero distinto. O en vez de cumplir como reloj, cumplir con algo que se note dedicado y "bonito". Algo como ser pastelero, dedicarse a sus pasteles y dejar los temas a los blogs temáticos.
La idea, en resumidas cuentas, es dejar un poco los hechos y los esquemas duros, como el año en que nació un cantante o cuando se publicó su primer disco o quién aparece en tal o cual comercial. En definitiva, dejar de lado lo frÃo y volver a lo cálido de antes, de antes de ese punto en el 2007 en que lo personal se empezó a achicar y resentir al lado de lo retro, en medio de una depresión no tratada y que recién ahora intento superar. Porque ése fue el motivo. No es que yo me quisiera volver temático, aunque estaba claro que siguiendo el boom de los blogs del 2004 toda la ola, de los que sobrevivieron, iba para allá. Junto con la agonÃa de los blogs personales, quienes seguÃan este espacio acusaron el cambio y comenzaron a irse, al tiempo que sus propios blogs dejaban de actualizarse. Aún no sé si fue lo uno o lo otro la causa, pero con la nueva orientación perdà mucha gente. Sin duda fue un precio caro. Ciertamente que no dejaré completamente de lado lo retro, porque ya es parte de mi personalidad, pero se abordará de otra forma. A esto, sumar otras cosas que en el pasado cercano me parecieron buenas y además fueron aceptadas, como la serie de vlogs Viv. Esta primavera-verano vuelve Viv, y ya hay dos lugares escogidos y otros más en veremos. Don Podcast, que aunque de podcast sólo le queda el nombre, se mantiene, pero haciéndole honor al "Don": sólo buena música, es decir, se acabó la chacota. Posiblemente vuelva "el podcast de los tres capÃtulos", ya en lÃnea con lo personal y con cierta dosis de ironÃa y humor como se venÃa haciendo, aunque todo controlado. En definitiva, recuperar lo personal.
Comenzando la transición, el primer cambio fue el logo. Hoy debuta este logo minimalista (siguiendo la moda) para comunicar definitivamente (o intentar hacerlo) que el lector objetivo es otro, más adulto y más maduro, pero no por ello más "viejo", dejando con dignidad lo que la juventud implica y representa, ojalá llegando a formar un todo coherente, en donde no conviva el intento de abarcar a los viejos nostálgicos con los jóvenes de los "veintes". Y aunque para muchos que sé que vienen de vez en cuando aquà no les haga sintonÃa, también a desmarcarme del famoso y trillado refrán "todo tiempo pasado fue mejor". Sólo fue distinto. Y si hace falta ser crÃtico en eso, aquà no faltará espacio para ello.
Y este post lleva la etiqueta de "personal". Como no lo hacÃa en mucho tiempo.
Gracias por estar. Y los buenos, que me sigan.
El 19 de julio empecé lo que siempre escuchaba que era una buena práctica para un blog: entradas periódicas con temas fijos. Entonces pensé que era tanto lo que en su temática este blog podÃa incorporar que ordené los "temas" en secciones semanales, tomé "secciones" que venÃan de antes, le cambié de nombre a algunas y fusioné otras. Tal que todos los dÃas habÃa algo de acuerdo a este calendario, si se le puede llamar de alguna forma. Y yo me impuse mi propia máquina. De hecho, a veces dejaba varios post programados para que no me pillara la máquina. Pero tener un post al dÃa (ni hablemos de dos o más) era un lujo que se pueden dar los blogs colectivos, con columnistas que dedican al menos un par de horas a cada artÃculo. Yo estaba lejos de eso, por el contrario, siempre pensaba que el Canal no era un blog siquiera rescatable, era un mero juguete, mantenido en media hora diaria y de esos de la peor calaña, de los que se escriben en la cama antes de dormir.
Cada dÃa un artÃculo. ParecÃa casi estúpido, para un blog de circulación tan modesta como éste, imponerse ese tipo de compromiso. Al poco rato, en reemplazo de Don Podcast que se habÃa suspendido a mediados de julio, creé otro podcast en base a material original que duró tres capÃtulos y luego lo desaparecà de la faz del planeta. No era malo, pero habÃa salido mal evaluado en vista de la orientación que estaba tomando el blog. No era consistente con el "todo", en esos dÃas (que no son tan lejanos, ¡hace sólo dos meses!). Era como el "lejano" Vlog Tivi, pero en podcast. De hecho, fue casi el mismo esquema. Pero tenÃa un fantasma: el fantasma de la no aceptación de su versión padre, la del vlog. De ahà que los videos de ese canal de YouTube hoy en dÃa se publiquen todos ocultos, para que sólo sean accesibles desde aquÃ. La audiencia de YouTube sencillamente es otra para ese tipo de material. Siempre decÃa que en los vlogs populares, de esos en que se para un tipo frente a la cámara a hacer un monólogo, no cabÃa gente mayor de 25, tanto productores como consumidores de contenido. Y efectivamente es asÃ.
Al poco andar se sumaron dos vlogs, pese a que aún seguÃa ese fantasma. Ni el año pasado, cuando estaba el boom, hacÃa dos vlogs paralelos. Muchas veces ocupaba la tarde del domingo completa en grabar y editar, terminando de editar casi a medianoche y sabiendo que uno de los dos tenÃa que estar arriba al otro dÃa en la tarde. Ya con lo de restringir el acceso a los videos sólo desde este blog me sentÃa un poco más a salvo de gente que simplemente no entendÃa, o bien que no acepta que alguien de treintas juegue a ser joven. TodavÃa recuerdo cuando fue el terremoto del 2010 y las radios del grupo Dial se unieron en cadena para cubrir el suceso, emulando a IARC. Algunos teenagers y otros no tanto reclamaban con preguntas del tipo "¿Qué hace ese viejo hablando en la Carolina?". Y la verdad es que las cosas han cambiado y ese simple hecho lo demuestra.
Ya en septiembre las ganas empiezan a bajar. Las secciones se empiezan a repetir, ya no son regulares y los vlogs no salen todas las semanas. Entonces fijé el fin para el 1 de octubre. Hasta cuenta regresiva hubo al final de cada post. Esto siguió durante octubre hasta que hoy, finalmente, comienza una etapa de transición. Una transición hacia hacer otras cosas. O hacer las mismas, pero distinto. O en vez de cumplir como reloj, cumplir con algo que se note dedicado y "bonito". Algo como ser pastelero, dedicarse a sus pasteles y dejar los temas a los blogs temáticos.
La idea, en resumidas cuentas, es dejar un poco los hechos y los esquemas duros, como el año en que nació un cantante o cuando se publicó su primer disco o quién aparece en tal o cual comercial. En definitiva, dejar de lado lo frÃo y volver a lo cálido de antes, de antes de ese punto en el 2007 en que lo personal se empezó a achicar y resentir al lado de lo retro, en medio de una depresión no tratada y que recién ahora intento superar. Porque ése fue el motivo. No es que yo me quisiera volver temático, aunque estaba claro que siguiendo el boom de los blogs del 2004 toda la ola, de los que sobrevivieron, iba para allá. Junto con la agonÃa de los blogs personales, quienes seguÃan este espacio acusaron el cambio y comenzaron a irse, al tiempo que sus propios blogs dejaban de actualizarse. Aún no sé si fue lo uno o lo otro la causa, pero con la nueva orientación perdà mucha gente. Sin duda fue un precio caro. Ciertamente que no dejaré completamente de lado lo retro, porque ya es parte de mi personalidad, pero se abordará de otra forma. A esto, sumar otras cosas que en el pasado cercano me parecieron buenas y además fueron aceptadas, como la serie de vlogs Viv. Esta primavera-verano vuelve Viv, y ya hay dos lugares escogidos y otros más en veremos. Don Podcast, que aunque de podcast sólo le queda el nombre, se mantiene, pero haciéndole honor al "Don": sólo buena música, es decir, se acabó la chacota. Posiblemente vuelva "el podcast de los tres capÃtulos", ya en lÃnea con lo personal y con cierta dosis de ironÃa y humor como se venÃa haciendo, aunque todo controlado. En definitiva, recuperar lo personal.
Comenzando la transición, el primer cambio fue el logo. Hoy debuta este logo minimalista (siguiendo la moda) para comunicar definitivamente (o intentar hacerlo) que el lector objetivo es otro, más adulto y más maduro, pero no por ello más "viejo", dejando con dignidad lo que la juventud implica y representa, ojalá llegando a formar un todo coherente, en donde no conviva el intento de abarcar a los viejos nostálgicos con los jóvenes de los "veintes". Y aunque para muchos que sé que vienen de vez en cuando aquà no les haga sintonÃa, también a desmarcarme del famoso y trillado refrán "todo tiempo pasado fue mejor". Sólo fue distinto. Y si hace falta ser crÃtico en eso, aquà no faltará espacio para ello.
Y este post lleva la etiqueta de "personal". Como no lo hacÃa en mucho tiempo.
Gracias por estar. Y los buenos, que me sigan.