No les voy a salir con la payasá del feliz año y que se le cumplan todos sus deseos porque, honestamente, eso es pura paja molida. Un iluminado gurú del blablá 2.0 vaticinó que los blogs se iban a morir el 2008 y ya llegó el 2009 y aquí estamos aún, con menos de la mitad de los clicks que habían en la época dorada, pero estamos. Y ya que hablamos de época dorada, de esos tiempos en que cualquiera se armaba un blog, escribía poemas trasnochados y aparecía en LUN, del tiempo en que se juntaban en algún pub, armaban asociaciones virtuales y concursos de popularidad. Muchos de ellos ahora emigraron a Twitter (que sólo te pide la módica de 140 caracteres por post) o, como la gran mayoría, le dedican tiempo completo al copuchenteo en el blog-killer por excelencia (Feisbukk).
Total que un día hubo menos gente mirando pa' acá, entonces le di como bombo a lo vintage y a la cultura pop olvidada o placer culpable. Y de a poco el carácter personal se fue apagando hasta desaparecer. El blog que un día cuestionó a los vecinos blogósferos que armaban sus sucuchos a puro YouTube, de pronto se halló también lleno de YouTube. El blog que le tiró mala onda a los temáticos, de pronto también lo fue. Y los temáticos tenían razón, después de todo a quien le interesa leer diarios de vida, cuando pueden leer sobre la película que se va a estrenar o del nuevo iPhone a toda raja (y caro como él solo). Pero unos pocos se encumbraron y los demás, sin tiempo y a destiempo, se fueron en caída libre.
Que va a haber una reinvención... obvio que la habrá. Deberá haberla. La idea más fuerte es evolucionar al vlog. Aún cuando el vlog no es nada nuevo. En todo este tiempo he visto bastantes "proyectos" de este tipo, unos más famosos que otros, unos más creativos que otros. Mis factores en contra: constancia y creatividad. Porque hacer vlog no es hablarle a una cámara a las 12 de la noche, con la última neurona que quede viva a esa hora, a hablar lo que sea. Hay una cosa de imagen (literalmente, y de la otra forma también) metida en todo esto. Cómo poner un toque personal, pero no tanto. Cómo salir al mundo, pero sin exponerme demasiado. En mi curriculum ya tengo el estar haciendo un podcast cuando me entra en gana. Sin comentarios.
Talvez ahora sea tiempo de vloggear, con v. Es una opción disparatada y rara. Pero natural, considerando que casi siempre las cosas me dejan de gustar cuando hay demasiado pelotudo haciendo lo mismo. Lo bueno es que, por estos lados, aun hay pocos locos queriendo tener su propia tele. Y si la tienen no es para mostrar ideas propias. Los más disfrutan grabando la última sacá de cresta de un famoso o la última rutina del humorista X y subiéndola a YouTube como si fuera de ellos. Al menos yo también hice eso, pero nunca dije que fuera mio todo lo que subí. Nunca tan barsa. Estamos a salvo. Estoy a salvo.
Hacer vlog parece divertido, pero... ¿tendré pa unos 6 meses con esto y después pensaré en otra cosa?
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Como cualquier medio, lo que interesa es atraer a los lectores con algo interesante o que les guste.
ResponderBorrarSaludos
Para mi el blog continua siendo clave y vital para trasmitir un mensaje en Salud
ResponderBorrarMe hiciste pensar y motivaste una nueva entrada después de mucho tiempo. El andar de las modas es vertiginoso, pero no cambio el poder de las letras escritas. A veces siento que me voy a quedar pegado a los blogs originales tal como Julito Martínez se quedó pegado a las máquinas de escribir.
ResponderBorrarSaludos!