Algo de lo que querÃa escribir hace tiempo. Mis encuentros cercanos con aquello que evoca tiempos viejos, muy viejos. De todos, selecciono los tres más notables.
Y ahora vamos al número... 3!
De este no tengo fotos. Un dÃa mi viejo llegó a la casa con el chassis de un viejo TV marca Westinghouse, que eran los primeros televisores que habÃan llegado a Chile -según lo que le dijo un amigo-. La idea era convertirlo en una... mesa de centro (¿¡quéeeeeeeeeeee!?). Asà es que, dÃas después, le sacó la cubierta al chassis (que no recuerdo de qué material era) y, a falta de barniz, le dio una mano de aceite de linaza (plop). El resultado final no fue el esperado, asà es que el otrora exponente de tecnologÃa en la vida moderna terminó en el cuarto de los cachureos. Después yo lo rescaté para mi casa club, pero eso ya da para otro cuento...
Y ahora con ustedes... el número 2!
Un dÃa mi viejo me llevó a casa de mi abuela Sara (QEPD) y yo, como soy inquieto, me fui a un rincón donde se notaba que no habÃa entrado nadie en años, y luego de revisar, encontré un viejo tocadiscos marca RCA Victor (el mismo de la foto). Al final me entusiasmé tanto con el "juguete nuevo" que mi abuela terminó por regalármelo. Según ella, estaba en muy buen estado y lo único que le faltaba era el brazo de la aguja que estaba quebrado. Una vez ya con el juguete en mi casa, procedà a abrirlo y me sorprendió lo simple que se veÃa por dentro (luego de matar unas cuantas arañas, claro). Y con el aparatito, un hilo de cobre que puse en su brazo en vez de la aguja original y unos discos viejos en desuso, me divertà haciéndolos sonar moviendo el plato con el dedo... y al rasgar el hilo de cobre en los surcos de los discos... se escuchaban! (Creo que aluciné varios dÃas con ese descubrimiento). Pero como nada resulta ideal en la vida, luego de un tiempo mi viejo me lo botó a la basura porque decÃa que estaba acumulando demasiados cachibaches...
Y ahora nos vamos al número... UNO!
Esto me sucedió en Chillán cuando fui a trabajos de invierno el año 1999. Estábamos armando una mediagua cuando en un rato de distracción advertà una extraña botella medioenterrada al lado de un gran árbol. Luego de un rato de desenterrarla, me di cuenta que era una botella de Pepsi de los años '50 o '60... ¡la misma que salió en Regreso al Futuro I! ¡Noooooooooo, pero qué gran descubrimiento! Pero, como ya dije, nada es como uno quisiera y me quedé con las ganas de llevármela a casa porque eso serÃa un robo y tendrÃa que pedir permiso, algo impensado si tenemos en cuenta que mi afición a lo viejo en ese tiempo aún era un placer culpable. y perdà como en la guerra no más.
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