Hoy en el patio no encontraba algo para distraerme y las finanzas ya me tienen chato. De curiosidad sintonicé el 104.5 (que se supone que es la frecuencia de la radio del Campus San JoaquÃn) y encontré la señal de una radio pirata evangélica y me dio ene lata. No tengo nada en contra de los evangélicos. Lo que me da lata es que una iniciativa que hace años era algo sumamente ansiado por la comunidad universitaria (desde los años '80 que se hablaba del tema) terminó sin apoyo de nadie. Y la verdad es que ya se viene viendo que la UC no la lleva precisamente hablando de radios.
Basta mirar el caso de la frecuencia 89.3 en Santiago. Cuando fue asignada a nuestra universidad, la razón dada fue que no podÃa ser que una universidad como la UC no tuviera su radio FM. Si la UC alcanzó 1 año a usar la frecuencia serÃa mucho decir. Posteriormente la frecuencia fue arrendada a IberoAmerican y ellos pusieron al aire a través de esa frecuencia la radio M1 (y yo que soy ochentero, sÃ, era una de mis favoritas), para luego pasar a una organización católica internacional y pasar a ser Radio MarÃa. Para la UC siempre fue un cacho la administración de la frecuencia, asà que, ante la ausencia de un proyecto para sacarle el jugo a lo que se habÃa conseguido, optó por arrendarla y, ahora último, por cederla. Lo "provechoso" del asunto es que actualmente tienen en su frecuencia a una radio que promueve los principios católicos que la universidad defiende a un costo cero. Se ha llegado a un estado en que pareciera no haber incentivos para cambiar esta situación, a menos que hagamos eco de los rumores que dicen que la 89.3 serÃa arrendada nuevamente con fines comerciales y además una concesión en la banda AM serÃa comprada para poner ahà la señal de Radio MarÃa.
Distinto es el caso de nuestros buenos amigos los de la Universidad de Chile. Luego de un lÃo hace algunos años que hizo peligrar la permanencia de la emisora en poder de dicha casa de estudios (y hasta con una toma incluida), actualmente la 102.5 goza de bastante buena salud, al igual que la Radio Integral, análoga más o menos en sus fines y en tamaño a la radio de nuestro Campus San JoaquÃn, que transmite desde la Facultad de Ciencias FÃsicas y Matemáticas en la calle Beaucheff a través de una frecuencia de mÃnima cobertura en el 104.5.
Bueno, y el caso de las radios piratas (que tienen plagado el espectro radioeléctrico en comunas periféricas de Santiago) es otro desmadre del cual poco y nada vale la pena comentar. Está claro que a la SUBTEL le tirita la pera a la hora de fiscalizar a estas emisoras ilegales. Aunque excepciones existen, en todo caso. Una de ellas fue la fiscalización y cierre de la emisora Paraiso, que transmitÃa desde Cerro Navia a través del 90.1 y que su señal alcanzaba a varias comunas del sector poniente de la capital. ParecÃa ser una emisora de mÃnima cobertura, pero las irregularidades eran evidentes: no habÃa pasado por ninguna licitación para obtener la frecuencia, su potencia en la antena transmisora era de 100 watt en circunstancias que para emisoras comunales el máximo permitido es de 1 watt, y la altura de la antena (medida desde el suelo) también excedÃa el máximo permitido según la ley.
En serio... 'ta la chacra...
Basta mirar el caso de la frecuencia 89.3 en Santiago. Cuando fue asignada a nuestra universidad, la razón dada fue que no podÃa ser que una universidad como la UC no tuviera su radio FM. Si la UC alcanzó 1 año a usar la frecuencia serÃa mucho decir. Posteriormente la frecuencia fue arrendada a IberoAmerican y ellos pusieron al aire a través de esa frecuencia la radio M1 (y yo que soy ochentero, sÃ, era una de mis favoritas), para luego pasar a una organización católica internacional y pasar a ser Radio MarÃa. Para la UC siempre fue un cacho la administración de la frecuencia, asà que, ante la ausencia de un proyecto para sacarle el jugo a lo que se habÃa conseguido, optó por arrendarla y, ahora último, por cederla. Lo "provechoso" del asunto es que actualmente tienen en su frecuencia a una radio que promueve los principios católicos que la universidad defiende a un costo cero. Se ha llegado a un estado en que pareciera no haber incentivos para cambiar esta situación, a menos que hagamos eco de los rumores que dicen que la 89.3 serÃa arrendada nuevamente con fines comerciales y además una concesión en la banda AM serÃa comprada para poner ahà la señal de Radio MarÃa.
Distinto es el caso de nuestros buenos amigos los de la Universidad de Chile. Luego de un lÃo hace algunos años que hizo peligrar la permanencia de la emisora en poder de dicha casa de estudios (y hasta con una toma incluida), actualmente la 102.5 goza de bastante buena salud, al igual que la Radio Integral, análoga más o menos en sus fines y en tamaño a la radio de nuestro Campus San JoaquÃn, que transmite desde la Facultad de Ciencias FÃsicas y Matemáticas en la calle Beaucheff a través de una frecuencia de mÃnima cobertura en el 104.5.
Bueno, y el caso de las radios piratas (que tienen plagado el espectro radioeléctrico en comunas periféricas de Santiago) es otro desmadre del cual poco y nada vale la pena comentar. Está claro que a la SUBTEL le tirita la pera a la hora de fiscalizar a estas emisoras ilegales. Aunque excepciones existen, en todo caso. Una de ellas fue la fiscalización y cierre de la emisora Paraiso, que transmitÃa desde Cerro Navia a través del 90.1 y que su señal alcanzaba a varias comunas del sector poniente de la capital. ParecÃa ser una emisora de mÃnima cobertura, pero las irregularidades eran evidentes: no habÃa pasado por ninguna licitación para obtener la frecuencia, su potencia en la antena transmisora era de 100 watt en circunstancias que para emisoras comunales el máximo permitido es de 1 watt, y la altura de la antena (medida desde el suelo) también excedÃa el máximo permitido según la ley.
En serio... 'ta la chacra...