En épocas en que tener muñecos guagua que hacÃan de todo era aún una idea futurista, los que habÃan hace treinta años se enfocaban en hacer una sola cosa, digamos, “su gracia”. Rochet era una tienda juguetera que todo mundo tenÃa, al menos, como la referencia que salÃa en la tele a la hora de conseguir juguetes. Y Rochet traÃa las muñecas de Famosa, en particular el nunca bien ponderado Nenuco, cuya “gracia” era hacer burbujas de baba cuando le apretaban su bracito. El muñeco guagua era aún una institución juguetera, deseado por las niñas chicas, y medio impuesto por padres tradicionales a niñas no tan niñas. Porque sÃ, también estaba esa otra muñeca de las mil y una profesiones que al poco tiempo definió mejor su mensaje e invitó a las niñas a soñar con ser lo que quisieran ser, aunque en el mundo real eso implique un par de toneladas de vueltas de tuerca. Claro, una niña no tan niña, pues que no necesariamente aspira a ser dueña de casa y cuidar a una guagua. Hay más mundo allá afuera.
A todo esto, Famosa no se llama asà porque aspiren a que sus muñecas sean famosas, sino que es el acrónimo de “Fábricas Agrupadas de Muñecas de Onil Sociedad Anónima”. Y el onil no es ningún tipo de plástico, sino que es por el pueblo de Onil, tradicionalmente productor de muñecas, en la provincia de Alicante en España, de donde es la empresa.
El origen de las marcas me tira. Lo siento.
* Emitido en 1991.
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