Decir Chispita es acordarse de la época ochentera, de los dieciochos de septiembre y de ese engendro recordándonos no elevar volantines con hilo curado -que por demás actualmente es ilegal-. Luego apareció haciendo un llamado a apagar teles, lámparas y cuanta cosa con enchufe encontráramos al paso. Debe haber sido un pésimo negocio para Chilectra. ImagÃnate, una mascota institucional llamándonos a no consumir el producto de la empresa para la cual trabaja. Insólito. SerÃa como si Ronald McDonald llamara a quemar cajitas felices en plena Alameda. Pero era posible. Más aún, muchos recordarán la pegatina que se colocaba en el interruptor y que brillaba en la oscuridad. ¿Quién no esperaba ansioso la hora de apagar todas las luces para ver la pegatina brillando en la oscuridad? Esa pegatina me imagino que les costó cientos de millones de pesos en pérdidas. Con el paso del tiempo, el brillo de esa Chispita desapareció igual que su fama, varios años decaÃda, hasta que en una idea brillante lo hicieron renacer, como el ave fénix, con un jockey hacia el lado y una voz más teenager. Y con sitio web y todo.
Don Graf, en tanto, no tenÃa esa vida bonita de Chispita. La verdad es que lo mandaron desde "ese paÃs al norte de Latinoamérica" y, cuando supo que venÃa a Chile, estuvo varias semanas cagado de miedo. Pero llegó y se le pasó el susto al comprobar que el delincuente chileno era mucho más rasca de lo que se cree fuera. Algunos dicen que hasta le dio ataque de risa. El asunto es que apareció en la tele y en insertos de diarios predicando la desconfianza a cualquier cosa que se mueva.
En cuanto a ForestÃn, todos dicen que es un castor pero en verdad es un coipo. Se cuenta que los de la Conaf estuvieron varios años cabeceándose para encontrar a alguien capaz de llevarse la tarea de defender los árboles. Pensaron en algún superhéroe gringo, pero la verdad es que por ese año 1976 todavÃa el paÃs se estaba recuperando económicamente de ese cagazo de triste recuerdo, y no habÃa plata ni para traer a Super Ratón. En eso, apareció este dentón simpático en uno de los tantos viajecitos al sure para ver en terreno el desastre del último incendio forestal. Lo pillaron en plena faena. Le preguntaron si podrÃa hacerse cargo de una campaña nacional masiva. O sea, con tanto incendio no tenÃa ni un tronco que comer y estaba muerto de hambre. Dijo al tiro que sÃ. De ahà en adelante, cada vez que se le podÃa ver apagando un incendio forestal era pa' la pura tele no más. A veces lo llaman para que vuelva, pero siempre dice que es un personaje retirado de la televisión y que la tele de hoy le apesta porque es pura farándula. En el fondo, es secreto a voces que ForestÃn tiene miedo de que los del SQP descubran que es un vago y que, lejos de defender los árboles, se los come...
Pero hay un personaje que talvez es el más humilde y bajo perfil de los tres: Segurito. Esa caja con patas que te dice que tienes que usar casco hasta para lavarte el pelo. Los intentos por saltar a la fama masiva han sido tantos que el pobre guardián de la seguridad terminó agotado. Hasta que en una cadena de cines se acordaron de él y lo llamaron para que le hiciera compañÃa a un tal Gato Joe. Dicen que Segurito con su nuevo trabajo se ahorró hasta las visitas al psicólogo cuando cachó que habÃan seres más miserables que él.
Cuando el Gato Joe descubrió que, tras la llegada de Segurito, las salas de Cinemark se llenaban un 1% más rápido, se urgió en mala. Dicen que estaba en conversaciones para ser segunda mascota en Paz Ciudadana, pero cuando le dijeron que iba a trabajar junto con un perro, arrancó. Luego fue donde ForestÃn, pero éste le dijo que ya estaba retirado hace rato. Finalmente, el único lugar que le estarÃa quedando como reemplazo, cuando le den la patá los de Cinemark, es acompañar a Chispita. Incluso, se cuenta que ya habrÃa estado a prueba junto con Chispita en un evento masivo pero, para mala suerte de los dos, en un manotazo el Gato Joe le habrÃa desatado un zapato a Chispita, saliendo al instante un olor a pata, a hongos y a calor de años...