No suficiente con el payaserío de Mauricio Israel cada mañana, en que el susodicho se le olvida que está en vivo frente a una cámara, me encuentro anoche viendo CQC y entre los "Top Five" me encuentro con quien se me cayó del poco pedestal que le quedaba, Eduardo Bonvallet, en uno de sus arranques en su nuevo programa en el canal TVO. Quise pellizcarme, quise creer que me había metido en una máquina del tiempo, que el Doc Brown me había metido en su DeLorean y por obra y gracia del condensador de flujos había caído casi casi en medio del Chile de 200 años hacia el futuro, en el fin del mundo y en la perdicíón generalizada de los medios de comunicación. Pero no, en pleno año 2005 aún, no me repongo de la sarta de chuchadas que, a pocos minutos de las 22 horas, fuera del horario "para mayores", el "Bonva" le arroja a sus compañeros de trabajo, cuando uno de ellos intenta arreglar una cámara. Ya no importa mucho quién creó este estilo inusualmente suelto, exageradamente suelto más bien (en su variación idiota como Israel, o chucheta como el "Bonva"). Supongo que será como en los grandes descubrimientos, cuando en dos o más puntos del planeta los científicos declaran haber descubierto simultáneamente alguna cura desconocida para una enfermedad o algo que le haga bien al planeta, no sé... La diferencia es que estos sujetos inventaron una basofia, la rueda cuadrada por decirlo de alguna manera. Y me pregunto ¿hacia dónde vamos? Ya no importa la línea editorial ni nada, con esto ya ha quedado probado que es perfectamente posible dar vida a este tipo de aberraciones ya sea en un canal relativamente consolidado o en un canal ultra enano... ¡da lo mismo!
Ahora mismo voy a prepararle una agüita de yerba o una sal de fruta a don TV, no vaya a ser que le dé una intoxicación.