Y eso. Pax al final sà tuvo un comercial en la tele. O sea, algo digno. No ese cartón de 5 segundos de Teleavisos del canal 11, po. Y la premisa era, pintando el mundo con Pax, transformar un desganado perro en un modelo artÃstico que se sacaba poses con toda la onda.
¿Aún existen los lápices Pax? Dignos competidores de los Faber-Castell, hexagonales pero no escandalosamente caros ni fifà como los Jovi, tienen su lugar reservado en el cielo y en el kokoro de miles de escolares de los 80s y 90s que los usamos. La cajita de 6 salvaba siempre.
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