Ese periodo de cambio de década ochenta-noventa tuvo su no sé qué. Juventud y flúor rabioso pa’ tirar a la chuña. Y aquà es donde la Pepsi se lanza su promoción de los relojes Pepsi Time. Diseños que trataban de emular sin asco a los relojes Swatch y que podÃan ser todos tuyos por sólo tres tapas de Pepsi o 7Up más $500 ($2.200 en plata de hoy) en cualquier centro de canje o estación de servicio Shell.
¿Sabe dónde hay una Shell por acá? Como cinco cuadras ma’ abajo...
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La Coca-Cola lanzaba un álbum de la serie animada de moda (en buen chileno, el último “mono de la tele”), Thundercats. Un álbum, y sus sobres de láminas, que se canjeaban sólo con tapas marcadas. No recuerdo si todas las tapas salÃan marcadas. Si nunca lo menciona, probablemente no. Y con álbum completo, se podÃan ganar bicicletas, Ataris y figuras Thundercats (pero nunca nos dijiste que era por sorteo po, Coca-Cola pesá).
Entonces, la instrucción era clara: ¡a tomar Coca-Cola como si la regalaran!
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Una idea loca de hacer un programa en base a desecho se encuentra con la necesidad de un canal de rellenar. Lo distinto de esta vez... fue que gustó. TV Condoro, el programa de chascarros y videos caseros de culto pero del que nadie esperaba nada, hoy en Directo en el Carnet.
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Ya no hacen las cosas como antes. Y me agarro de este réclame de salsa de tomate que, aunque podrÃa salir algo genérico, va directo al punto. Eran tiempos en que todas las salsas de tomate se pasaban al Tetra Pak o al sachet, y en que otros como Malloa insistÃan en la lata, la que ya habÃa terminado siendo una forma de diferenciarse y de dar la señal de algo un poco más premium.
Si hiciéramos esta misma prueba ahora, de verter la salsa sobre un colador, los resultados serÃan bastante tristes. Y es que ninguna salsa de las masivas de hoy en dÃa pasarÃa la prueba. Ninguna.
No, campeón. Ninguna.
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Un réclame de colonia Coral. Coral JazmÃn, si me permite la precisión. Y como tal, tiene todos los ingredientes que uno espera en un réclame de Coral, y más: una mina joven, con una pega entrete, dishosa, radiante, enamorada, feliz, que los hombres se dan vuelta para mirarla… y, obvio, echándose la colonia Coral por todos lados como si fuera agua. Contemos además ingredientes que hacen de esto una cápsula del tiempo: una bicicleta con timbre, cartas, teléfonos fijos de disco, cassettes… Esto deja todas las ganas de desear que vuelvan las cosas simples.
Porque el futuro llegó. Y fue súper charcha.
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