Hubo varios nombres con los que las tiendas llamaron a sus liquidaciones (distintos a decirle “gran liquidación” o cosas de ese corte), pero hubo una liquidación que casi se carga la vibra de una generación completa: La Gran Barata Village. Cuando recordamos Village, recordamos cosas en onda girly, o regalos especiales, o tarjetas de saludo que no eran del montón. Pero cuando Village anunciaba su “Gran Barata”, como que ya lo que se anunciaba no era tan especial y en vez de eso, se acentuaba lo barato, al punto que daba una vibra peligrosamente cercana a los mall chinos de ahora. Con dos chauchas armaban un réclame. En todo caso, nunca fui a una Gran Barata Village, asà que esto es sólo la impresión que dejaba al verlo por la tele.
Y sÃ, a nuestra “pausa publicitaria” desde ahora le comenzaremos a llamar Réclame, porque es una palabra chistosa que no se puede perder, que la tuvimos metida tanto tiempo, que viene casi desde los orÃgenes de la publicidad, es más universal de lo que muchos piensan, y hay que rescatarla.