Oiga, don Preto, deme lo más Maluenda que tenga. Yo: no se diga más.
En las tandas del Dingolondango salÃan avisos como éste de Lucchetti, hechos por el mismÃsimo Enrique Maluenda frente a cámara. En un mundo en que ya era medio común en la publicidad el inventar cuentos de fantasÃa, con Maluenda fueron lo más old school que pudieron. Como que sólo asà se podÃa dar realce en todo su esplendor al “estilo Maluenda”. Onda que fueron a la misma fábrica a mostrar las máquinas y todo. En uno que otro programa retro se muestra el trozo final de este aviso. Pero merecÃa mostrarse completo. ¡Lucchetti da mucho más porque es puro corazón, puro corazón de trigo!
Hace un tiempo comentábamos la locura de promocionar la resistencia de un papel higiénico poniendo a un actor colgando de éste, en una manifestación más del tradicional recurso publicitario del “exagero para probar mi punto”. Obvio que una tira del (mal) llamado “papel confor” no aguanta eso. Y ahà tenÃamos al Pato Strahovsky (¿doblado por Roberto Poblete?) demostrando la resistencia del papel, aunque medio urgido, asà como asustado pero colgando del papel… ¿como si alguien lo hubiese obligado? Esa incomodidad se relajó un poco al tiempo después, cuando lanzaron la secuela y aumentaron la apuesta poniendo a la Consuelo Holzapfel que, con un toque de cordura, mientras el Pato estaba haciendo atrás el soberano loco, recordaba las bondades del producto, el que ahora, como pare’que le fue bien, venÃa en tres colores. Pero era tal la euforia del Pato, que hasta la Consuelo sucumbió a la locura y… en fin, la perdimos y se puso a balancearse en el papel también. ¡Suaveeeeeeeeeee...!
El Spot del Recuerdo: Si tienes sed, un litro de sed... (Refrescos Caricia, 1983)
- Por Preto
- octubre 12, 2023
Y juntamos dos cosas que aparecieron hace muy poco: el spot de 1983 de los refrescos Caricia que lanzó el famoso y memorable jingle “Si tienes sed / un litro de sed / refrescos Caricia, Caricia, Caricia / y chao a la sed”, el que recordamos hasta el dÃa de hoy, no por el spot, que quedó sepultadÃsimo, sino que por el chascarro de Don Francisco en Sábados Gigantes cuando, en medio del jingle, rompe la escenografÃa… episodio que también va aquÃ, al final del video y de yapa, porque fue reemitido recientemente en REC (y lo tenemos por fin en buena calidad y no el resubido del resubido del… ustedes cachan).
En la era ochentosa estaban bien de moda el Olapón, el Sedal, el Linic, Vitapelina... todos esos shampoo. Pero, pequeñÃn, ¿sabÃas cuál era de verdad el shampoo “del pueblo”? El Ballerina y que no se discuta. Este sobre de 60 gramos estaba en todos los almacenes. Era masivo y barato con escándalo. Y si no, por una chaucha más comprabai Glossy. Y serÃa. A todo esto, decir “andar al pelo” o “lucir al pelo” es muy old school. Si usaste esas frases, ven con orgullo y toma tu carnet. Porque pa’l “qué linda te ves con Ballerina”, faltaba harto todavÃa.
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Ciertamente la era ochentosa nos dejó concursos mucho más divertidos, pero éste de la revista Vea tiene lo suficiente como para, de todas formas, llevarnos a la época. Se concursaba por carta, enviada a los famosos clasificadores o casillas de correo, enviando el cupón que venÃa con la revista y que habÃa que llenar con nuestros programas y animadores favoritos de la tele y luego recortar. Obvio que, según el canal, aparecÃan figuras del mismo canal y no de los otros (adivinen en qué canal salió esto). Y premiaban con un carro de mercaderÃa del súper que, para la época, con su crisis y todo, era el manso ni que regalo. Y el cantito de la Vea, al final, que estaba olvidadÃsimo, enterradÃsimo y, ahora, es un recuerdÃsimo desbloqueadÃsimo:
🎶 ¡Coooooompre Vea, su revista, pim! 🎶
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Podrá haber existido una ondera Pepsodent, o una colorinche Signal, o una económica Albis... pero asà como “la pasta dental de to’oh loh chilenoh”, la Odontine y no se diga más. Y eran tan dominantes que se hacÃan los sobrados y te tiraban un comercial de un minutazo entero. Y era hueveo cotidiano hacer “AAAAHHHHHHHH!!!”, si no, no era lavá de dientes. Y eso de “eh súper helaÃta...”, es que quiero creer que la juventud no hablaba asÃ. De verdad, no hablaba asÃ.
Pero el tÃo Petronio se luce, ¿ah?
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