Frente a esto tengo más dudas que afirmaciones. A todo esto, ¿alguien dijo estereotipos? Primero, una mujer común y corriente, morena, baja, de ropa deslucida, hasta sin maquillaje posiblemente. Las 6 de la tarde. ¿Alguna vez en el Metro hubo relojes con manecillas en las paredes? Y el locutor en off: "A las 6 de la tarde, algunas mujeres llevan la hora bajo el brazo..." Y ella, con vergüenza, agacha la cabeza y no mira a nadie. Y después, entra una rubia, alta, bien vestida, con su pelo bien arreglado, regia, estupenda, apolÃnea... (como dirÃa algún personaje). ¿Es un comercial de shampoo? ¿De Koleston? ¿De la última moda de Almacenes ParÃs? No. Es un comercial de desodorante. Y en honor a la verdad, el desodorante Rexona tenÃa el mismo status que la colonia Coral. Ni muy rasca, ni muy premium. Pero era el 81 y con el boom económico algunas mujeres aspiracionales rallaban la papa con ser como la Joan Collins o la Linda Evans. Lástima que duró poquito tiempo más.
El año 1982 fue, hasta el descalabre económico de la devaluación del dólar, un año bien simpático. Es, al menos curioso, prender la tele en esos tiempos y ponerse a ver comerciales. Por un lado, los últimos alaridos del boom económico y, por otro lado, el mundial de fútbol de España '82, en donde participaba con gran fe y apoyo la "Roja" y, más que eso, cuando la selección nacional de fútbol se comienza a ver con fuerza como un "producto", tras el cual aparecen coberturas especiales tanto televisivas como de prensa, aprovechando "la moda". Y esto, sin dejar de lado los primeros años de la Teletón que, en ese año, ya iba por su quinta versión y comenzando a consolidarse.
Aquà un capÃtulo de "larga duración" del Prende la Tele. Un tanto para probar que tan bien funciona hacer programas largos y otra porque quise que no durara tan poco y asà tratar de conseguir el efecto de, al menos en sentido figurado, "viajar" 31 años atrás.
Está clarito que en casa las mamás preferÃan preparar en casa las jaleas (señal internacional: entiéndase por "gelatinas") que comprarlas hechas. Pero no vamos a negar que las jaleas en pote eran harto más taquilla. Soprole tuvo en los 80s una casi infinidad de productos (que no se restringÃan a lácteos tÃpicos, como leche, yoghurt o mantequilla), sino que además habÃa por un lado postres lácteos (como la célebre Semola con Leche y el niñito que decÃa "a mà no me gusta la sémola") y, por otro lado, postres no lácteos. Y ahà caÃa clasificada esta maravilla. Jalea. Tan simple como jalea. Claramente no era un producto único y difÃcil de copiar. Las jaleas de Soprole no estaban solas. Entonces es cuando aplica el ingenio particular de cada jugador... o sea, porque al menos habÃa que jugar con una idea ingeniosa. Seguramente alguien en la mesa creativa dijo "¡Pinchaaaaar!". Y tate. Ciertamente que desmoldar una jalea no era trivial si no se sabÃa que "pinchando" con un mondadientes la base del pote invertida se creaba un hueco de aire y la jalea se desprendÃa del pote. Y ahà empezó todo. Pinchar. Palabra que no era nueva y que ya desde hace años se asociaba al coqueteo o flirteo ahora tenÃa un ingenioso doble sentido.
A veces pareciera que la creatividad de Soprole se quedó en los años 80s, o, a todo reventar, en los 90s. Ahora pareciera que las ideas no son tan potentes o recordables como lo eran antes. Ciertamente que un buen comercial es recordable tanto en su contenido como en la marca. Y los de ahora terminan con esa pantalla de "sano y rico cada dÃa" que dura unos 3 largos segundos. No vamos a negar que con esa marca al final "marcan" presencia. Pero si a los 30 segundos se te olvida el comercial, más que marcar presencia, más pareciera que marcan el paso.
Exijo el bronce, porfa.
A veces pareciera que la creatividad de Soprole se quedó en los años 80s, o, a todo reventar, en los 90s. Ahora pareciera que las ideas no son tan potentes o recordables como lo eran antes. Ciertamente que un buen comercial es recordable tanto en su contenido como en la marca. Y los de ahora terminan con esa pantalla de "sano y rico cada dÃa" que dura unos 3 largos segundos. No vamos a negar que con esa marca al final "marcan" presencia. Pero si a los 30 segundos se te olvida el comercial, más que marcar presencia, más pareciera que marcan el paso.
Exijo el bronce, porfa.
Está claro que fue Confort el que ganó la batalla por el top-of-mind de los papeles higiénicos. Pero de que habÃa alternativas, las habÃa. Y muchas. Esta es una. En tiempos en que habÃa que parar el hogar con poca plata, aparecÃa esta "voluptuosa" señora ama de casa con un nuevo papel higiénico y su monólogo del cual la mitad es relleno (si no me cree, abajo dejo el audio con el pitch corregido para escuchar a velocidad real y con el timbre correcto la voz del comercial). TenÃa que causar gracia y lo logró. Y de que pudo salir a la calle a un precio bajo, probablemente sÃ. Al menos considerando sólo a los papeles higiénicos que salÃan en la tele.
Comienzos de los 80s. El equipo "3 en 1" como se le llamaba en su tiempo (radio, cassettera y tornamesa, de ahà el 3 en 1) no era algo nuevo y ya existÃa desde los 70s, junto con los equipos modulares, ésos con deck, tornamesa y sintonizador como aparatos separados, los que se conectaban a un amplificador y que aún existen como aparatos de gama alta. Lo que lo hacÃa distintivo (o al menos ese fue el marketeo que se le hizo) fueron los indicadores LED. SÃ, las primeras manifestaciones de algo que hoy es tan común en los TV y pantallas que se pueden conseguir en el comercio. Y la de perillas y palancas que traÃa. Hasta Dolby tenÃa. No debió haber sido nada barato. Pero tengo que decirlo, siento que estos aparatos tenÃan alma, frente a los actuales, que también los dotaron de luces, hasta en los parlantes, pero que se sienten y se ven de plástico. Uno de éstos le gana por lejos a cualquier equipo de 100 lucas (o 200) que uno pueda comprar en el comercio. Claro, guardando las proporciones con un Marantz o un Saba (que ya creo que no existe), que eran los gama alta de su tiempo.
Este National Panasonic tenÃa la gracia de que te regalaban el mueble (sÃ, porque estos tenÃan que tener su mueble también, igual que los modulares). TodavÃa recuerdo un radiocassette de esta marca que tenÃa mi abuela. Tamaire qué buena calidad de construcción tenÃan estos aparatos.
Vale decir que en Japón usaban la marca National como habÃa sido por años y en EE.UU. se usaba Panasonic. Entonces agarramos de ambos mundos un poco, y de ahà que sea una marca de nombre compuesto. Luego con el tiempo el National se perdió y terminó en la Panasonic actual (que dicho sea de paso hizo que la propia corporación tras la marca, Matsushita, cambiara oficialmente su nombre a Panasonic Corp). En Chile, en tanto, como sabemos, la representación la tenÃa Mellafe y Salas, que gracias a los productos de Panasonic agarró prestigio y lo ocupó para respaldar el lanzamiento de sus productos propios bajo la marca M&S, lamentablemente de una calidad, por decir lo menos, discutible.
Y aquà hay uno de estos aparatos "en acción":
Este National Panasonic tenÃa la gracia de que te regalaban el mueble (sÃ, porque estos tenÃan que tener su mueble también, igual que los modulares). TodavÃa recuerdo un radiocassette de esta marca que tenÃa mi abuela. Tamaire qué buena calidad de construcción tenÃan estos aparatos.
Vale decir que en Japón usaban la marca National como habÃa sido por años y en EE.UU. se usaba Panasonic. Entonces agarramos de ambos mundos un poco, y de ahà que sea una marca de nombre compuesto. Luego con el tiempo el National se perdió y terminó en la Panasonic actual (que dicho sea de paso hizo que la propia corporación tras la marca, Matsushita, cambiara oficialmente su nombre a Panasonic Corp). En Chile, en tanto, como sabemos, la representación la tenÃa Mellafe y Salas, que gracias a los productos de Panasonic agarró prestigio y lo ocupó para respaldar el lanzamiento de sus productos propios bajo la marca M&S, lamentablemente de una calidad, por decir lo menos, discutible.
Y aquà hay uno de estos aparatos "en acción":
Las revistas Tevé Festival son un clásico y, hasta el dÃa de hoy, muchos aún las coleccionan. Por desgracia, no soy de esa generación y sin equivocarme tanto, podrÃa decir que los "niños" que vivieron esos tiempos hoy tienen desde 40 años hacia arriba.
Este comercial, además de ser "de culto" por tratarse de las revistas "Tevé Festival" de la editorial Pincel, es doble de culto por tratarse de la serie animada "Érase una vez el hombre". Una serie muy seguida en su tiempo pero que, para los niños de ahora, resultarÃa fomÃsima. Los tiempos cambian. Eran tiempos en que las revistas aún acaparaban la atención de los niños, quizas casi tanto como la TV, la que aún en muchos hogares (incluyendo el mÃo) era aún en blanco y negro. Era tanta la relevancia de estas revistas que se usaba mucho el empastarlas (para quienes tenÃan la plata, para el resto, olvÃdenlo).
Este comercial, además de ser "de culto" por tratarse de las revistas "Tevé Festival" de la editorial Pincel, es doble de culto por tratarse de la serie animada "Érase una vez el hombre". Una serie muy seguida en su tiempo pero que, para los niños de ahora, resultarÃa fomÃsima. Los tiempos cambian. Eran tiempos en que las revistas aún acaparaban la atención de los niños, quizas casi tanto como la TV, la que aún en muchos hogares (incluyendo el mÃo) era aún en blanco y negro. Era tanta la relevancia de estas revistas que se usaba mucho el empastarlas (para quienes tenÃan la plata, para el resto, olvÃdenlo).