Por qué cortaré la TV por cable (o por satélite, o por lo que sea)
- Por Preto
- abril 09, 2011
He estado con Internet a ratos, no por mal servicio, sino por lo que he escrito en el Camino (y que no quiero detallar aquí). Decidí desconectar todo e irme sólo como cliente de Internet a la competencia. A "alguna" competencia (aún no decido).
Pero vamos por parte.
Punto 1: Nuestra historia con Movistar
Recuerdo que el día en quecontraté, sorry, contratamos con esta empresa era cuando vivíamos en un barrio malo, donde se robaban los cables -a solicitud del mafioso de mierda del Ítalo Nolli, pero es otro cuento-, y no había otra opción. Simplemente no la había. Mi hermana comenzó a trabajar en uno de los supermercados de la gran L y ello le daba algo de independencia económica. Contrató el plan de teléfono fijo más barato. Hasta ahí todo bien. Yo, sin ni uno, gracias, más encima con pánico laboral.
Cuando tuve mi primer trabajo, recordando lo genial que era tener TV cable a fines de los 90s (primero "colgados" de VTR que lo pagabamos a medias con una vecina, y luego con un plan con Metrópolis, como corresponde), no esperamos más. Era tanto el entusiasmo por tener "cable" de nuevo que, según recuerdo, hasta el excesivo tiempo que nos tenían en su call center en incesantes pasadas de pelota (casi una hora) no nos importaba. Finalmente, por suerte, y no como en este artículo de Fayerwayer (que, ojo, en todo lo demás no miente), los técnicos llegaron a instalar, con mal tiempo y todo. Y la señal no se cayó nunca por la lluvia, como muchos nos dijeron.
Pero la calidad de la imagen... decepcionante. Cómo duramos tanto. Por el monopolio que tenían ahí, supongo. Mi hermana odiaba los callcenters ecuatorianos, colombianos, peruanos, etc., que no se les entendía nada, etc, etc, etc. Así que casi siempre terminaba contratando y descontratando cosas yo mismo, por teléfono.
Pero la cuenta comenzó a subir cada mes, a punta de planes de canales premium, megas de banda ancha y planes de telefonía con minutos ilimitados pero sin tiempo para usarlos. Llegábamos a pagar casi 70 lucas a la gran M todos los meses y la verdad es que no nos sentíamos "más felices" mes a mes. ¿Cómo puede ser... si en esa promoción de la tele ofrecen pack HD por 4 lucas? La razón se caía de obvia: en general todas las compañías luchan por atraer nuevos clientes y por eso son tan notorios los "ofertones" para quienes se vayan sumando, no así para los que acumulamos años. Conozco gente campeona olímpica en aprovechamiento de promos, que si le ofrecen un par de meses sin pagar algún plan premium, lo toma y descontrata el último día para contratar de nuevo y seguir con la misma promo un par de meses más. Carerrajismo puro. Lo siento, esa cochiná no va con mi moral. En la gran M, al menos para Chile, tienen ejecutivos dedicados a retención, que derechamente ofrecen ofertones para que uno no se vaya. En particular, nos ofrecieron conservar todo lo contratado pagando la mitad por 3 meses. No gracias, eso no fue na lo que le pedí.
Y finalmente, lo que pudo terminar como un adiós lindo... también fue un problema. Esa manía de NO PROGRAMAR las citas para las (des)instalaciones terminó en malentendido toda una semana, al punto de dejar una nota a mano con el conserje. Así de rasca. ¿No cachan que la gente trabaja y que la pueden llamar por celular?
Así, la primera razón tiene que ver con plata, pero más precisamente, que el servicio no vale lo que estabamos pagando.
Punto 2: El futuro de las señales de pago
Durante la semana, en un artículo de algún Mercurio de los que llegan a la clínica (pondría el link pero los canallas de Emol cobran a la semana de publicado), me llamó la atención un artículo que señala que, según los principales ejecutivos de las señales de pago, la gente quiere más cine doblado al español en lugar de subtitulado. Adicionalmente, señalan que los únicos reductos donde seguirán reinando las películas sin cortes y en idioma original será en los paquetes premium.
Así, al menos en cuanto a películas, las ventajas del sistema cerrado ya no son tales: comerciales a cada rato, incluso en Cinecanal y Cinemax, emblemáticos por su status especial pese a no ser tan exclusivos, películas cada vez más añejas (porque se les cedió el prilegio de emitirlas antes... adivinen a quienes) y todo lo cual, a la larga, se termina transformando en otro impulso a la piratería. Yo les inventaría un eslogan, por si lo quieren ocupar: "Antes que en HBO... y a luca".
Retomando el tema de la supuesta preferencia de los clientes por el cine doblado, en realidad es una decisión que según estos ejecutivos, debió tomarse ante el plan de negocios de las compañías de TV que, para poder ofrecer un servicio "accesible", había que degradarlo (cuando contratamos Telefónica TV en su tiempo, había planes desde 10 lucas). En efecto, el TV cable era mucho más caro antes. Recuerdo que el plan más barato de Metrópolis a fines de los 90s se empinaba sobre los 20 mil pesos.
Por breves momentos casi me había dejado impresionar la oferta de VTR y su d-Box (la tienen allá en la clínica), una experiencia de usuario que no es la quintesencia, pero que está muy por sobre lo que pueda ofrecer Movistar. Sin embargo, siento que me voy a ahorrar unas buenas lucas por un servicio que casi no usamos, sin contar la telefonía fija ilimitada que a uno se la tratan de meter hasta por los dedos de las patas.
Concluyendo, son otros tiempos. Basta mirar en cualquier población la cantidad de parabólicas en los techos. Lo que es yo, adiós a la mía. No la he sacado porque no encuentro la Stillson o algún alicate... Sólo por eso.
Pero vamos por parte.
Punto 1: Nuestra historia con Movistar
Recuerdo que el día en que
Cuando tuve mi primer trabajo, recordando lo genial que era tener TV cable a fines de los 90s (primero "colgados" de VTR que lo pagabamos a medias con una vecina, y luego con un plan con Metrópolis, como corresponde), no esperamos más. Era tanto el entusiasmo por tener "cable" de nuevo que, según recuerdo, hasta el excesivo tiempo que nos tenían en su call center en incesantes pasadas de pelota (casi una hora) no nos importaba. Finalmente, por suerte, y no como en este artículo de Fayerwayer (que, ojo, en todo lo demás no miente), los técnicos llegaron a instalar, con mal tiempo y todo. Y la señal no se cayó nunca por la lluvia, como muchos nos dijeron.
Pero la calidad de la imagen... decepcionante. Cómo duramos tanto. Por el monopolio que tenían ahí, supongo. Mi hermana odiaba los callcenters ecuatorianos, colombianos, peruanos, etc., que no se les entendía nada, etc, etc, etc. Así que casi siempre terminaba contratando y descontratando cosas yo mismo, por teléfono.
Pero la cuenta comenzó a subir cada mes, a punta de planes de canales premium, megas de banda ancha y planes de telefonía con minutos ilimitados pero sin tiempo para usarlos. Llegábamos a pagar casi 70 lucas a la gran M todos los meses y la verdad es que no nos sentíamos "más felices" mes a mes. ¿Cómo puede ser... si en esa promoción de la tele ofrecen pack HD por 4 lucas? La razón se caía de obvia: en general todas las compañías luchan por atraer nuevos clientes y por eso son tan notorios los "ofertones" para quienes se vayan sumando, no así para los que acumulamos años. Conozco gente campeona olímpica en aprovechamiento de promos, que si le ofrecen un par de meses sin pagar algún plan premium, lo toma y descontrata el último día para contratar de nuevo y seguir con la misma promo un par de meses más. Carerrajismo puro. Lo siento, esa cochiná no va con mi moral. En la gran M, al menos para Chile, tienen ejecutivos dedicados a retención, que derechamente ofrecen ofertones para que uno no se vaya. En particular, nos ofrecieron conservar todo lo contratado pagando la mitad por 3 meses. No gracias, eso no fue na lo que le pedí.
Y finalmente, lo que pudo terminar como un adiós lindo... también fue un problema. Esa manía de NO PROGRAMAR las citas para las (des)instalaciones terminó en malentendido toda una semana, al punto de dejar una nota a mano con el conserje. Así de rasca. ¿No cachan que la gente trabaja y que la pueden llamar por celular?
Así, la primera razón tiene que ver con plata, pero más precisamente, que el servicio no vale lo que estabamos pagando.
Punto 2: El futuro de las señales de pago
Durante la semana, en un artículo de algún Mercurio de los que llegan a la clínica (pondría el link pero los canallas de Emol cobran a la semana de publicado), me llamó la atención un artículo que señala que, según los principales ejecutivos de las señales de pago, la gente quiere más cine doblado al español en lugar de subtitulado. Adicionalmente, señalan que los únicos reductos donde seguirán reinando las películas sin cortes y en idioma original será en los paquetes premium.
Así, al menos en cuanto a películas, las ventajas del sistema cerrado ya no son tales: comerciales a cada rato, incluso en Cinecanal y Cinemax, emblemáticos por su status especial pese a no ser tan exclusivos, películas cada vez más añejas (porque se les cedió el prilegio de emitirlas antes... adivinen a quienes) y todo lo cual, a la larga, se termina transformando en otro impulso a la piratería. Yo les inventaría un eslogan, por si lo quieren ocupar: "Antes que en HBO... y a luca".
Retomando el tema de la supuesta preferencia de los clientes por el cine doblado, en realidad es una decisión que según estos ejecutivos, debió tomarse ante el plan de negocios de las compañías de TV que, para poder ofrecer un servicio "accesible", había que degradarlo (cuando contratamos Telefónica TV en su tiempo, había planes desde 10 lucas). En efecto, el TV cable era mucho más caro antes. Recuerdo que el plan más barato de Metrópolis a fines de los 90s se empinaba sobre los 20 mil pesos.
Por breves momentos casi me había dejado impresionar la oferta de VTR y su d-Box (la tienen allá en la clínica), una experiencia de usuario que no es la quintesencia, pero que está muy por sobre lo que pueda ofrecer Movistar. Sin embargo, siento que me voy a ahorrar unas buenas lucas por un servicio que casi no usamos, sin contar la telefonía fija ilimitada que a uno se la tratan de meter hasta por los dedos de las patas.
Concluyendo, son otros tiempos. Basta mirar en cualquier población la cantidad de parabólicas en los techos. Lo que es yo, adiós a la mía. No la he sacado porque no encuentro la Stillson o algún alicate... Sólo por eso.
En los tiempos "cuates" de La Red, a fines de los 90s y en manos de TV Azteca, había un programa de entretención conducido por la Titi García-Huidobro con un singular/ridículo nombre (usté decida). En el último programa invitan a la banda nacional Glup que, aprovechando la confianza de una visita previa, se ganan la oportunidad de volver. La banda que nos entregó obras maestras como Freebola y más adelante la joya de Puta Jefe, irrumpió con una versión de Wish You Were Here de Pink Floyd, en la pará de "nosotros hacemos musica de verdad", no sin tener ciertas conductas ¿poco correctas? en escena.
Lo que pasó (o lo otro que pasó y no se vio) en el video. Uno de los momentos tensos de nuestra tele. Glup, con la auténtica actitud de rockstars. Pero la pura actitud. Y si es que.
Aporte de Nyckatv.
Lo que pasó (o lo otro que pasó y no se vio) en el video. Uno de los momentos tensos de nuestra tele. Glup, con la auténtica actitud de rockstars. Pero la pura actitud. Y si es que.
Aporte de Nyckatv.
La historia de este alimento, repartido en los centros de salud primaria desde que tenemos memoria, tiene sus antecedentes en los albores del siglo pasado. La "Gota de Leche", como fue llamada en su tiempo, fue la institución que comenzó todo, repartiendo alimentos y medicamentos a niños desnutridos. En los años siguientes esta responsabilidad pasaría de manos, apoyada en la creación de instituciones como la Caja del Seguro Obrero y el apoyo de la Ley de la Madre y el Niño, vigente desde 1937, pero aún con todo esto no se podía alcanzar a todo el mundo.
Con la creación del Servicio Nacional de Salud en 1952, se comenzó a gestar la verdadera masificación de estas iniciativas sociales. A la leche y los medicamentos (fundamentalmente vitaminas), se sumaba la entrega de harina fortificada. En esos tiempos se manejaban cifras del orden de varios millones de kilos de leche en polvo repartidos. Eran los tiempos de la "leche muda", como le decía la gente. Porque de marca, nada aún.
Durante el gobierno de Salvador Allende se acuñó el lema "Medio litro de leche diaria, para que el pequeño sea grande mañana" y se logró duplicar su alcance, llegando incluso hasta a cubrir las necesidades nutricionales de "niños" de 15 años.
La marca "Purita" surge en 1974, durante el gobierno militar, para denominar la ya clásica y popular fórmula láctea. Luego, como una forma de paliar la reventa (supuestamente "penada por la ley"), se creó la "Purita Cereal", fórmula potenciada con vitaminas y minerales y exclusiva para preescolares. Y ahora, recientemente, la variedad "Purita Mamá", especial para madres que amamantan.
De mis recuerdos de Purita, podría mencionar que luego del famoso "Control del Niño Sano" que uno tenía que hacerse en el consultorio hasta los 6 años, el ya "hábito" era ir al mesón al lado con la mamá y recibir dos cajas de Purita y dos bolsas de arroz. Na' de arroz graneado rico. Era arroz de sopa, y no servía para otra cosa, bueno, tal vez para hacer arroz con leche. No recuerdo si a la mamá de uno le timbraban una tarjeta especial o el "carnet" (nombre corto para el "Carnet de Salud Infantil") que en verdad era una libreta de color celeste que llevaba en la tapa una ilustración estilizada de una madre y su hijo y que servía, entre otras cosas, para echarse aire durante esa larga y tediosa espera antes de ser llamado, además de llevar el registro de los controles y donde el médico anotaba la fecha, la talla y el peso de uno. El asunto es que luego del reparto de estos alimentos, todas las mamás partían a un rincón donde había un basurero grande y que siempre estaba lleno de cajas de Purita, de cartón rústico, porque las mamás les sacaban la caja y se llevaban sólo las bolsas que eran de simple plástico (nada de aluminio ni cosas raras como las que dan ahora) y llevaban una leyenda sólo con letras del tipo "PURITA - PROPIEDAD DEL ESTADO DE CHILE - PROHIBIDA SU VENTA", encerradas en un doble cuadrado con bordes redondos que era rojo para la Purita regular y verde luego para la versión Cereal.
El envase decía que era instantánea (hasta el día de hoy), pero es mentira: era típico que quedaba con mil grumos, aunque uno al final aprendía a seguír las instrucciones del envase, que decía claramente "disolver en media taza de agua caliente, luego agregar agua hasta completar una taza". De las típicas cosas que uno aprendía luego de un mal rato.
Hoy en día muchos aún recordamos esa época. La Purita aún (y siempre) la han vendido en supermercados por si uno la quiere comprar. Y hasta hay un grupo en Facebook que reune a quienes la recuerdan con nostalgia o que aún dicen consumirla, o incluso a quienes recuerdan haberla comido seca.
Igual era rica seca. Yo le ponía un poco de azúcar eso sí. Mañas mías.
La historia de los programas de alimentación del Gobierno y de Purita la pueden encontrar aquí.
Con la creación del Servicio Nacional de Salud en 1952, se comenzó a gestar la verdadera masificación de estas iniciativas sociales. A la leche y los medicamentos (fundamentalmente vitaminas), se sumaba la entrega de harina fortificada. En esos tiempos se manejaban cifras del orden de varios millones de kilos de leche en polvo repartidos. Eran los tiempos de la "leche muda", como le decía la gente. Porque de marca, nada aún.
Durante el gobierno de Salvador Allende se acuñó el lema "Medio litro de leche diaria, para que el pequeño sea grande mañana" y se logró duplicar su alcance, llegando incluso hasta a cubrir las necesidades nutricionales de "niños" de 15 años.
La marca "Purita" surge en 1974, durante el gobierno militar, para denominar la ya clásica y popular fórmula láctea. Luego, como una forma de paliar la reventa (supuestamente "penada por la ley"), se creó la "Purita Cereal", fórmula potenciada con vitaminas y minerales y exclusiva para preescolares. Y ahora, recientemente, la variedad "Purita Mamá", especial para madres que amamantan.
De mis recuerdos de Purita, podría mencionar que luego del famoso "Control del Niño Sano" que uno tenía que hacerse en el consultorio hasta los 6 años, el ya "hábito" era ir al mesón al lado con la mamá y recibir dos cajas de Purita y dos bolsas de arroz. Na' de arroz graneado rico. Era arroz de sopa, y no servía para otra cosa, bueno, tal vez para hacer arroz con leche. No recuerdo si a la mamá de uno le timbraban una tarjeta especial o el "carnet" (nombre corto para el "Carnet de Salud Infantil") que en verdad era una libreta de color celeste que llevaba en la tapa una ilustración estilizada de una madre y su hijo y que servía, entre otras cosas, para echarse aire durante esa larga y tediosa espera antes de ser llamado, además de llevar el registro de los controles y donde el médico anotaba la fecha, la talla y el peso de uno. El asunto es que luego del reparto de estos alimentos, todas las mamás partían a un rincón donde había un basurero grande y que siempre estaba lleno de cajas de Purita, de cartón rústico, porque las mamás les sacaban la caja y se llevaban sólo las bolsas que eran de simple plástico (nada de aluminio ni cosas raras como las que dan ahora) y llevaban una leyenda sólo con letras del tipo "PURITA - PROPIEDAD DEL ESTADO DE CHILE - PROHIBIDA SU VENTA", encerradas en un doble cuadrado con bordes redondos que era rojo para la Purita regular y verde luego para la versión Cereal.
El envase decía que era instantánea (hasta el día de hoy), pero es mentira: era típico que quedaba con mil grumos, aunque uno al final aprendía a seguír las instrucciones del envase, que decía claramente "disolver en media taza de agua caliente, luego agregar agua hasta completar una taza". De las típicas cosas que uno aprendía luego de un mal rato.
Hoy en día muchos aún recordamos esa época. La Purita aún (y siempre) la han vendido en supermercados por si uno la quiere comprar. Y hasta hay un grupo en Facebook que reune a quienes la recuerdan con nostalgia o que aún dicen consumirla, o incluso a quienes recuerdan haberla comido seca.
Igual era rica seca. Yo le ponía un poco de azúcar eso sí. Mañas mías.
La historia de los programas de alimentación del Gobierno y de Purita la pueden encontrar aquí.
Si a usté, amable visitante, le rayan las cosas añejas tanto como a mí a veces, seguramente se habrá topado alguna vez con un antiguo comercial setentero en blanco y negro donde aparece un típico chileno de la época saboreando un trozo de chancho en un asado familiar. Pues no era el único. También hay otro en un ambiente playero donde la gracia con el pedazo de chancho -de la carne de chancho, se entiende- la hace una dama. Escuche qué bien le sale el "chanchito sabrosiiiiitooooo..."
De antología.
Aportazo de museopublicidad.
Link video
De antología.
Aportazo de museopublicidad.
Guatearon en Viña un día: Ricardo Meruane en Viña 2011
- Por Preto
- febrero 26, 2011
No fue Dino, después de todo la gente lo quiere. Tampoco Gangas, se asesoró y se preparó para presentar un show que dejará atrás lo del '98 y lo logró. Tampoco Flores, que con su humor directamente importado de lo que no se vio en Morandé con Compañía bastó para hacer reír al mutante chileno promedio. No fue ninguno de los tres. Este año 2011, el devorado por el Monstruo del Festival de Viña fue... Ricardo Meruane.
A este me lo hacía retirado hace rato.
Alguien debió soplarle al oido que lo peor que pudo hacer era desestimar lo que el público le comunica. Es evidente que se trató de un capítulo, si no peor, al menos tan trágico como el de Gangas hace 13 años. No puedes restarle importancia a las pifias. Ni con decir que era parte de su humor lo justifica. Como si de unos pocos pelagatos se tratara, "no falta el que pifia". Sí claro, esos cuantos eran el "Monstruo" entero encima.
Por de pronto, estimado Sr. Meruane, espero tenga a bien entender que la gente no pifiaba para que volviera Sting, sino porque su show era malo. Además, le recuerdo que usted no fue invitado a una kermesse de colegio. Usted fue invitado al Festival de Viña, un escenario de lo mejorcito que nos va quedando (y eso), así que debió preparar una rutina como la gente.
Me había enterado por twitter que la rutina era mala, pero otra cosa es verlo. Señor, usted se graduó de fome esta noche. Desaparezca. Tómese un año entero... no, mejor dos. Piense en qué va a hacer el resto de su vida. Porque humorista.... mejor olvídelo.