¡POR FIN, MIERDA!

Salú por el gobierno, que la tenía difícil, pero que al final escogió y escogió filete. Chile hoy decidió su norma de televisión digital abierta terrestre: la ganadora es ISDB-Tb, variante brasileña de la norma creada en Japón y que utiliza un codec más avanzado que la original: el MPEG-4.

Salú por las enormes posibilidades que se van a dar de imagen de alta definición, de diversidad de contenidos, de canales locales, temáticos, diversos. De la tecnología 1-seg, que ocupa una fracción del ancho de banda para transmitir TV a teléfonos móviles, y por la cual las compañías no nos podrán cobrar lo que es una chaucha (y que más encima el servicio terminase siendo caro y malo).

Pero también hago un salú por los apurones que se compraron la tonta tele LCD o plasma de alta definición, pa' puro quebrarse con los amigos, sin que el gobierno decidiera la norma aún y ahora patean la perra porque el gobierno no escogió la norma americana (ATSC). Bueh... ya tuvieron lo suyo cuando llegaron a la casa, le enchufaron la tonta antena de conejo pa' ver TV abierta y darse cuenta que, lejos de la maravilla de imagen que vieron en la demostración en la tienda, se veía peor.

Pero, pa' los apurones, puede que no esté todo perdido. Después de todo, nuestras autoridades nos prometieron convertidores baratos para las teles análogas existentes (aunque váyase olvidando de ver en HD) o las digitales de norma americana. Posiblemente las tiendas comiencen a liquidar su stock para cuando comiencen a llegar las nuevas teles con la norma japonesa y, comprarse una de esas más el convertidor, al final salga más barato.

¿Y usté... le tiene fe a la nueva tele? 

* Fotografía original de sergiohs85.

Vía: [1] [2] [3]

Era la primera mitad de los 80s y Hernán Olguín, destacado periodista de ciencia y tecnología, sorprendía semana a semana a través del Canal 13 con su serie "Mundo". Uno de esos programas una vez tuvo en su pauta un reportaje que explicaba toda la historia del disco, hasta la época en que fue realizado. Mientras el vinilo aún era muy popular y con suerte teníamos cassettes, él nos mostró lo que en los países desarrollados era la última chupá del mate: el Compact Disc. Sin dejar de lado la advertencia de que el reportaje fue hecho con el "ritmo" televisivo de esa época, hay que reconocer que es una joyita como pocas, de esa tele que ya no se hace.

El video embebido corresponde a la primera parte (de 4). La segunda, tercera y cuarta partes, siguiendo los links respectivos. Mega aportazo de chanolio en YouTube.

Tomar la música de un programa de la tele, agregarle cosas de propia cosecha, remixarlo todo y tate, hit al instante. Ya tuvo lo suyo la Bella Genio, como no iba a salir algo "en español". Entonces salió esto. Ninguna obra maestra, pero no me van a negar que p'ta que es pegote...

De la CTC, cuando era chilena, y decente.

Eran los viejos y rancios ochentas. A la cerveza se le llamaba "pilsener" o, más popularmente, "pilsen". Venía en deslucidas botellas de algo más de medio litro, de vidrio café, nulo diseño y rasca etiqueta. ¿Y cómo la vendían? Pa' quitar la sed. Refréscate con una "pilsen". Porque ése era el concepto. Y los tipos se corrian la maratón y al final qué... ¿se tomaban un Gatorade? ¿Un agua mineral, talvez? ¡No, los hueones tomaban pilsen! Y aparece este comercial con un "cabro chico" Solabarrieta que decía: "¿Ud. sabe lo que significa correr... 15 kilómetros... sin parar? Yo lo sé. Y le voy a decir que después de eso, lo único que quita la sed es una Pílsener Dorada." ¡Mega cueeeeeeeek!

O sea, si eris abstemio, tai sonao.

Eran tiempos inocentes. Todo lo que decía la tele era una verdad incuestionable. Si te decían que la pastillita se tomaba sin vaso y sin agua... ¿qué onda... era un dulce? Pero lo encontrábamos genial. Si un gil aparecía tomándose la pastillita y se mejoraba al tiro, eso no era publicidad engañosa, no señor... Si aparecía en TV, eso eliminaba de inmediato toda sospecha de chanterío. Ahora bajo la bandera del "llame ya" o del "producto natural" nos meten palos picados como suplemento alimenticio o baratijas chinas de dudosa eficacia. 

Era maravilloso, le creíamos a la tele a ojos cerrados y éramos felices.