Si hay que recordar yogures y reflotar memoria colectiva, echar mano al mÃtico yogurt Soprole es una idea que gana por paliza. Nada de Huesitos, ni Yoghito, ni ninguna prostitución del original. El pote de 175 gramos (no el indecente de 125) era el premio de la salida al dentista o del fin de semana. Supuestamente tenÃa azucar pero, por tradición de familia, siempre se le ponÃa un poco más. Claro, después de sacar la tapa que era de aluminio duro y, si no se tenÃa cuidado, podÃa romperse y cortar los dedos. SÃ, extraño, digno de Happy Tree Friends o de Itchy & Scratchy, pero es la verdá. Durante buena parte de los 80s, también existió el Dannon, pero nunca con la fama del Soprole. Porque Soprole durante años fue sponsor de ese programa del guatón copión que... sÃ, pues, ese mismo, SabadoS GiganteS. El jingle es aún patrimonio nacional:
"Lo podemos lograr,
lo podemos lograr,
si encontramos la fuerza para vencer
y para avanzar.
Todo lo que queremos,
con esfuerzo y con la ayuda
de esas pequeñas grandes cosas
que nos llevan a triunfar"
Poco tiempo después apareció el Nestlé, que en su etiqueta decÃa que contenÃa pulpa de fruta. ¿Alguna vez ocurrió eso? Pero pronto comenzaron a aparecer nuevos potes. Porque no todo era yogurt natural, batido y americano... no, no, no, no... ¿Se acuerdan del Requetegurt y su promoción de los Requetepatitas? Admito que aluciné con la de 100 patitas y nunca encontré las tres partes bajo las tapas. A su vez aparecÃa el Requetefrut, que era, adivinen... yogurt con frutas, que mis viejos me compraban y que yo me lo comÃa callado aunque nunca me gustó, sÃ, extraño, por esos pedazos de frutas.
Mientras tanto, Nestlé revoluciona el ambiente con un yogurt juvenil y liquido, Bliss. "Agita tu vida, agita Bliss" era el slogan. La clásica forma de la botella de leche, ahora de plástico y con una tapa que se le metÃa el dedo, cobraba nueva vida. Pero nunca abrÃa los Bliss rompiendo la tapa con el dedo. Nunca tan cerdo.
Y ya a fines de la década, Dannon cobra nueva vida gracias al mÃtico Danonino y el perro parlante que se quedaba mudo cuando aparecÃan los papás. "¿Y por qué te quedas callado cuando está mi mamá?" decÃa el niño. "¡Porque tenemos que guardar el secreto!" respondÃa el perro. La mamá se percata de una voz extraña y pregunta "¿Quién habla?". "Fue el peyo, mami", dice el niño. Y se mete otro Danonino a la panza. ¿Quién no soño algún dÃa con comerse dos yogurt de una vez?
Mención honrosa: para fines de los 80s, habÃa un yogurt Leche Sur que era "aflanado", que tenÃa una consistencia mucho mayor a los otros. De hecho, literalmente parecÃa flan. ¿TodavÃa existe Leche Sur? Me parece que no.
Hoy se extraña esa magia, se extraña esa marca tan profunda como la de la canción de "lo podemos lograr" del yogurt Soprole, la cual ya cuesta tanto conseguir reeditar, con las recicladas sin parar de sus ideas clásicas y las nuevas ideas que no prenden a nadie. Soprole, este palo es para ustedes. Y también se extraña esa calidad de antaño. Definitivamente, la experiencia de consumir yogurt se ha degradado. Antes el yogurt era cremoso y daba gusto. Hoy, para abaratar costos, se fabrica yogurt aguachento.
¿Se me fue recordar algún yogurt ochentero? Los comentarios les esperan.
El regalo de hoy es triple. Para comenzar, el clásico comercial de Danonino y su "peyo" parlante.
El segundo video es una rareza. El yogurt Yoplait no es nuevo en Chile. Se vendÃa a comienzos de los 80s, pero por alguna razón a los franchutes talvez les fue mal y se fueron. Aquà un comercial de ese tiempo. Aporte de erlucho en YouTube.
El tercer video, de tiempos que ni siquiera vivÃ. El yogurt Yely era medio ácido, pero se le ponÃa azucar y quedaba rico. La tapa era dura, filuda y costaba sacarla. Era el apogeo de las tapas asesinas.
El último... el clásico Soprole "lo podemos lograr". Todo un Ãcono de la época ochentosa.