Santiago está enfermo.
Gente tomándose tres pistas de la calzada para subirse a un bus, abriendo las puertas a la fuerza y hasta tomándose las máquinas violentamente. Gente ventilando sus dramas personales y sociales ante todo el paÃs por televisión para "justificarse" en su actuar cavernÃcola. Gente que cuando se le pide paciencia y cooperación hacia el sistema simplemente no da más. Gente desmayada, herida y hasta atropellada. Gente psicológicamente con secuelas que piensa que en cada instante, en cualquier lugar, alguien se la está cagando.
Esta gente es incapaz de sobrellevar una crÃsis. Si bien es cierto existe un problema real, que faltan buses y que la gestión de flota es aún deficiente -y que está más o menos claro quiénes son los responsables-, una persona, más aún una que viva en Santiago, debe estar a la altura de las circunstancias. Debe ser capaz de manejarse en una situación crÃtica como la que se vive actualmente.
Pero esta gente... esta gente está bien enferma.