El jueves pasado no fuà a nada útil a la universidad más que a mandar un archivo que no habÃa podido mandar desde mi casa la noche anterior por un inconveniente que no vale la pena entrar a discutir. Ese dÃa llegué temprano. Le di comida a mis gatos y me vine a mi dormitorio, encendà el PC y me puse a ver TV. Luego de un rato, doy vuelta a mirar y en el Canal 13 la mijita rica de la Sole Onetto dice que a continuación venÃa una nota sobre los blogs. Automáticamente fui a darle clic al botón de capturar... digo, seguramente se trataba de este bloggero español y sus iluminados dichos y en la nota podrÃa aparecer uno que otro viejo conocido. A los 30 segundos después no podÃa creer cuando veÃa en pantalla completa a mi gatote en la nota y luego uno que otro pantallazo de algún post de mi blog. ¡HabÃan mostrado mi blog en la tele! Partà soplado a buscar a mi gato al patio para mostrarle la nota en video, como si el pobre felino entendiera algo de lo que estaba pasando.
Cuento corto: me pasó el "Efecto Fantasilandia". Ese que se mostraba en su comercial, en el que tres jóvenes van en el asiento trasero de un auto y cuando pasan por un lomo de toro alzan las manos y gritan wooooooohooooooo... Y si bien es cierto, se trató de una alegrÃa tonta y de un momento tonto (digamos, si hubieran mostrado el logo ya serÃa algo significativo por lo que valiera la pena tanto alboroto), lo que no deja de ser cierto, de todos modos, es que yo necesito condimentar mi vida, no sé, darle gracia, hacer un cambio radical, salir a vivir el mundo y todo eso. No puedo perder la compostura por algo como esto.
Ahora bien, si la Sole Onetto con su linda vocecita me mencionara como sitio destacado en su programa, ahà estarÃa pensando en hacer una pequeña fiestecita. Pero para que ocurra eso...
Cuento corto: me pasó el "Efecto Fantasilandia". Ese que se mostraba en su comercial, en el que tres jóvenes van en el asiento trasero de un auto y cuando pasan por un lomo de toro alzan las manos y gritan wooooooohooooooo... Y si bien es cierto, se trató de una alegrÃa tonta y de un momento tonto (digamos, si hubieran mostrado el logo ya serÃa algo significativo por lo que valiera la pena tanto alboroto), lo que no deja de ser cierto, de todos modos, es que yo necesito condimentar mi vida, no sé, darle gracia, hacer un cambio radical, salir a vivir el mundo y todo eso. No puedo perder la compostura por algo como esto.
Ahora bien, si la Sole Onetto con su linda vocecita me mencionara como sitio destacado en su programa, ahà estarÃa pensando en hacer una pequeña fiestecita. Pero para que ocurra eso...
Derribando el mito urbano. ¿Cuantas veces hemos escuchado que hay un capÃtulo del Correcaminos en que el Coyote al fin logra atrapar al pajarraco? Por favor, véalo en su propia pantalla plana y con sus propios ojos...
Hoy en la radio escuché a una amiga de mi vieja. Una señora amorosa y querendona a más no poder. Ella un dÃa llegó a mi casa con un folleto de admisión del Instituto Nacional cuando mi vieja apenas pensaba en cambiarme de colegio. Su hijo ya estaba estudiando allá. Luego me cambié de casa, entré a la universidad y nunca supe más de ella y de su familia. Sólo supe que su hijo, Alejandro, del cual me hice amigo a la larga, entró a estudiar IngenierÃa Eléctrica a la USACH.
Es un amor ella. Aún está viva. Cuando la conocimos yo y mi vieja en esos tiempos, ya era viejita. Vaya sorpresa.
Para terminar, dos preguntas:
1.- ¿Por qué tuvo que ser justo hoy, dÃa en que murió mi vieja?
2.- ¿Quién me manda a escuchar médicos naturistas en AM?