El fin de semana no fue todo el tiempo tratar de digerir los latosos capÃtulos de un libro de Finanzas. En las mañanas a veces veo monos animados (antes veÃa misa, pero... ya saben qué pasó con todo eso). En el Canal 13 ya están usando continuidades de Boomerang. Al parecer no les alcanzó la plata para más, porque no vi ningún cambio en la programación. Me gustarÃa haber podido ver Magila Gorilla, El Oso Yogi, Leoncio y Tristón y todos esos monos viejos de la Hanna Barbera. Al parecer eso de Cartoon Network y Boomerang en Canal 13 fue pura pantalla. ¿Por qué no se ahorraron esa plata y en vez de dársela al Cartoon no fueron al UCV y le compraron los monos del Pipiripao (si es que todavÃa los tienen)?
A propósito de esto, si se pudieron fijar en el encabezado del blog, recordarán los monos que venÃan con unas paletas que vendÃan a la salida del colegio y habÃa que rasparlos para ver cuál era el mono que a uno le habÃa tocado. Cuando era chico (i.e., cuando estaba en 3o o 4o básico), en mi curso varios los coleccionaban y los jugaban golpeándolos con las manos en el suelo y no faltaba el que tenÃa un turro de esos monos. Al cabo de unos meses dejaron de venderse porque, supuestamente, eran tóxicos, y no se vieron nunca más. En efecto, el recubrimiento negro quedaba en las uñas y después los niños se llevaban los dedos a la boca y se lo comÃan, asà que buena razón tenÃan. Pese a todo, eran toda una innovación para su época, eso de raspar para ver qué hay detrás, en tiempos en que todavÃa no existÃan los "raspe y gane" era algo nunca visto.
Al final nadie dijo si los monos esos en verdad eran tóxicos o no. Sólo se puede decir que para algunos quedaron como un nostálgico recuerdo de nuestros pasatiempos de colegio. Lástima por quienes en vez de paletas de dulce masticable de $10 comÃan Trencito y Sahne Nuss. Una pena, chicos. Lo siento.
A propósito de esto, si se pudieron fijar en el encabezado del blog, recordarán los monos que venÃan con unas paletas que vendÃan a la salida del colegio y habÃa que rasparlos para ver cuál era el mono que a uno le habÃa tocado. Cuando era chico (i.e., cuando estaba en 3o o 4o básico), en mi curso varios los coleccionaban y los jugaban golpeándolos con las manos en el suelo y no faltaba el que tenÃa un turro de esos monos. Al cabo de unos meses dejaron de venderse porque, supuestamente, eran tóxicos, y no se vieron nunca más. En efecto, el recubrimiento negro quedaba en las uñas y después los niños se llevaban los dedos a la boca y se lo comÃan, asà que buena razón tenÃan. Pese a todo, eran toda una innovación para su época, eso de raspar para ver qué hay detrás, en tiempos en que todavÃa no existÃan los "raspe y gane" era algo nunca visto.
Al final nadie dijo si los monos esos en verdad eran tóxicos o no. Sólo se puede decir que para algunos quedaron como un nostálgico recuerdo de nuestros pasatiempos de colegio. Lástima por quienes en vez de paletas de dulce masticable de $10 comÃan Trencito y Sahne Nuss. Una pena, chicos. Lo siento.