El Spot del Recuerdo: Sky (¡No, mi amor! ¡La novicia rebelde!) (1999)
- Por Preto
- noviembre 17, 2023
Rescatando una de las plantillas clásicas de este boliche, yo sabÃa que el cabro chico al que le salÃan puros “vale otro” debÃa estar en algún lado. Una de las sepetecientas mil temporadas del “Vale Otro” de Savory apareció en el ‘93. El cuento era casi el mismo de siempre. Y no, nunca nadie encontró 5 palos “vale otro” seguidos. NUNCA. NADIE.
A fines de la era noventosa, en plena guerra del multicarrier, los grandes vendÃan prestigio, y los chicos, se las arreglaban para ofrecer llamados al extranjero de maneras no muy convencionales. El Carrier 155 hizo toda una saga de “careros”, de los más diversos rubros, a los que se les regateaba aforrándoles con el diario. Y no conformes con eso, parodiaron noticieros y otros programas de la tele. Y una de esas parodias fue a “Los Patiperros”, serie documental de TVN, producida por la desaparecida productora Roos Film. Saquemos a colación la clásica escena de los viejos reclamando atención de los hijos, tomemos prestado un rato, para aumentar el jaja, el estereotipo de una Australia llena de canguros, pongamos un canguro de trapo que entienda inglés, revolvamos todo y tate.
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El Té Club quedó para el recuerdo como el té de esa kilométrica mesa que iba de norte a sur. Pero se recuerda poco una época previa en que el Té Club se montaba verdaderos musicales. Y, aunque el directo competidor del Té Club Etiqueta Roja era La Rendidora de Té Supremo, nunca, pero NUNCA enfatizaron lo barato. El Té Club, en la tele, era el que daba más tazas (para no decir que era “rendidor”), pero con el mejor sabor y, ante todo, con “calidad”. Digamos que éste era el mundo del Té Club y su época AM (antes de la mesa).
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Era el año 2001 y el pesimismo nacional, empeorado por la crisis asiática, no querÃa dar pie atrás, aún tres años después de aquel descalabro económico. HabÃa que reactivar el paÃs, y habÃa que reactivarlo ya. Piensa Positivo, la imperfecta campaña publicitaria que intentó que Chile se sacudiese de una vez la mala vibra, hoy en Directo en el Carnet.
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En la era noventosa, a Maver le picó con todo el lanzar productos que le hicieran la competencia a los clásicos. Y en eso, inventan Vapolatum que, espero, no necesitar explicitar cuál era el producto original. Inventaron todo un cuento con Tarzán y Jane, con sus complicaciones producto de vivir en plena selva, y con Jane teniendo que bancarse la situación de tener que vivir con un esposo que ama la vida salvaje, y que gusta de salir a pelear con leones de trapo de cuando en cuando.
La pega ahora es encontrar una farmacia en medio de la selva.
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Hace poco colgué en las redes la foto de mi primer "videojuego". Ahora resulta que, nadando en las catacumbas, encontré que le habÃa hecho un video completo que ni me acordaba que tenÃa.
Y sÃ, al final le puse pila y funcionó (si hay ánimo, hago la versión revisitada).
Hubo un tiempo en que las galletas las empezaron a hacer más pequeñitas. Y les fue bien. A tal punto que, no habiendo pasado mucho rato desde las Mini McKay, Costa también quiso y nos trajo las “chiquigalletas”, que en realidad fue una manera de llamar a sus versiones mini de las galletas que ya tenÃa en paquete grande (no alcanzó a ser ni marca). Y para promocionar tal copia, pues que hicieron uso de la clásica comedia dosmilera, con un galán engrupidor capaz de lanzar las adulaciones más cursis y falsas para conseguir galletas: “Déjame mirarte un segundo... Wow, qué ojos que tienes... No me mires asà porque vas a romper mi corazón...”
Pero, en fin. Humor que se quedó en los dosmiles.
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Decir lavaloza lÃquido ochentoso era decir Quix. Quik no, Quix. Nunca entendà por qué tuvo un nombre tan similar al producto de “tu amigo, el del sabor”, pero, al parecer, nunca les importó. Y Quix era siempre el mismo cuento: la soa dueña de casa lavando platos (y en varias veces, conversando con el locutor). Pero es que las soas ochentosas de la publicidad, salvo casos puntuales, no parecÃan soas. Quix repitió a la soa lavando platos hasta el fin. Lavar platos nunca fue un cacho en la tele, porque habÃa Quix. Y ahora encima con limón, producto que al final imitaron todos. De ahà que estas publicidades (al menos las de esta era) parezcan tan empelotantemente genéricas. Y nos quedaron marcadas por lo mismo. A veces se gana por insistente. A veces.
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Sergio Lagos, un periodista atÃpico, después de pasar por Canal Rock & Pop, consigue entrar a un nuevo canal para seguir haciendo tele. ...
La historia pop del Chile de las últimas décadas que ya no todos comentan. Un podcast que trae a la mesa en cada edición un tema antiguo, olvidado, o a veces, ambas cosas. Televisión, música, personajes... y lo que venga. Un tema a la vez y, obvio, Directo en el Carnet. SuscrÃbete... para que no te pierdas de nada y no estés a merced de los (no) avisos de la red social santurrona de turno.