Pocos recuerdan que el “Buenas Tardes, a sus Órdenes”, en el Canal 13, tenÃa público en el estudio. Este espacio, que iba de lunes a viernes en la tarde, contaba con la “animación” (somos el único paÃs de la galáctea que les llama asÃ) de Pepe Pizarro “Yeruba”, Alejandro Chávez, que encontró pega en el 13 luego que cortaron toda la entretención en Teleonce… ¿y alguien recuerda el nombre de ella? [Tamara Sepúlveda, me soplaron]. En fin, un espacio de servicio a la comunidad aparecido mucho antes que siquiera la Eli de Caso pensara en hacer tele. Y tenÃan este concurso de Unimarc, mucho antes del “asaÃto”, en donde la gente, luego de comprar productos de las marcas en promoción, recibÃa láminas que luego pegaba en un álbum… Que… ¿creÃas que los álbumes de laminitas eran sólo para niños? Naaaah… Y luego quienes participaran en los sorteos podÃan optar a premios para la casa. Pero nada de cosas demasiado ostentosas. O sea, autos modestos, refrigeradores de los más chicos, lavadoras de tambor, teles en blanco y negro, en fin, cosas que hoy no vemos como ningún lujo, pero… todos los dÃas te salÃan con esto y encima en época de crisis. Era como un Sábados Gigantes chico.
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Al parecer, en la era ochentosa estaba llegar y llevar para lanzar al mercado competidores del Cola Cao. De los que recuerdo estaba el “Super Kao” de Lefersa (que, afÃrmate, Lefersa aún existe), escrito con K pa’ dárselas de encachao… y éste que, no lo soñé, de verdad existió: Royal Cao. Los mismos creadores de la jalea terrorÃfica, también intentaron romperla con un alimento fortificante para la lechita. ¿Y el Milo? Naaaaah… ése estaba en otra. No se atrevÃan ni a hacer guiño de imitarlo. “Milo te hace grande”. O sea.
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En la era noventosa, si te urgÃa vender un producto tecnológicamente sofisticado, o futurista, o de plano revolucionario o innovador, o si por último te querÃas “picar” a alguno de esos conceptos, siempre podÃas recurrir a tu vieja confiable: agregar “2000” al nombre de tu invento. Fácil. Asà tuvimos dosmiles para tirar a la chuña antes del 2000. La (aún) CTC, por esos años, nos quiso meter la revolución de la telefonÃa fija, antes que se le acabara la cuerda: el “Superteléfono 2000”. Un teléfono que venÃa con botones extras para acceder a los servicios anexos clásicos que ya no podÃan faltar en estas cosas: llamada en espera, contestadora, conferencia tripartita, seguridad, etecé, etecé… Al “Superteléfono 2000” le pusieron de todo, excepto, *excepto* identificador de llamados. ¿QuerÃan el teléfono fijo definitivo? Pues no, mi ciela, eso tenÃa otro precio... Lo más “meh” de todo esto era que se trataba de servicios que ya se podÃan usar en cualquier teléfono, siempre que se recordara el número corto o combinación de botones (cosa que nadie hizo). Al cabo de unos pocos años, el teléfono fijo ya no brillaba en nada, y prácticamente se sostenÃa sólo por ser más económico.
Este spot se pasó en regiones. EspecÃficamente, esta versión salió en Osorno. Aquà en Santiago vimos otro. Pero el producto es el mismo.
Me pregunto si Plan Z lanzó el “Desenchufeitor 2000” luego de ver esta cosa.
* Emitido en 1998.
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El Spot del Recuerdo: Pony Pong y Happy Phone de Otto Kraus (1993*)
- Por Preto
- julio 08, 2023
La era ochentosa y parte de la noventosa se nutrieron de mucho juguete simple y genérico, pero que se “inflaba” en la publicidad como si no hubiera un mañana. Era lo que quedaba y lo que habÃa que hacer en un mercado en donde lo foráneo y lo superproducido estaba por todos lados. Otto Kraus se hizo especialista en la técnica y, junto con traer lÃneas de juguetes de afuera, nos presentó creaciones de la casa más o menos inspiradas en cosas de afuera, y todos recordamos unas cuantas. Como los Pony Pong. Seguramente se preguntaron en Otto Kraus qué pasarÃa si fabricaban saltarinas de goma, que ya eran furor, con forma de pony redondete y colorÃn. Y tate, la idea prendió y tuvimos al Pony Pong. Pero hay otra camada de juguetes olvidados. Pasó con personajes de los Looney Tunes, pasó con personajes de Cachureos… cómo no iba a pasar con Otto Kraus. ¿Alguien recordaba el Happy Phone? Un juguete didáctico con ruedas que lanzaron para preescolares y que, hoy en dÃa, está enterrado. Tan enterrado como la misma Otto Kraus, cuya casa matriz es ahora la sede de una universidad.
* Emitido en 1993.
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Y ya que andan todos escribiendo su primera página en ese boliche nuevo... Asà se hacÃa en 1982, sin internet, sin aifon y sin teclado, con papel y lápiz no más. Asà era la onda para vender cuadernos Torre, Mistral y… ¿Village también? Simplecita, pero bien ñoña a ratos.
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Temporada de conejos. Haciendo un guiño-guiño al episodio de Looney Tunes en donde Bugs y Lucas (Daffy) discuten si es temporada de conejos o de patos, Duracell lanza una promo que hasta el dÃa de hoy se recuerda: el conejo Duracell podÃa ser tuyo por dos envases más $3.000 ($13.000 aproximado en 2023). Igual no era muy barato para ser una promo, pero, amiga date cuenta, era el auténtico conejo Duracell. Junto con todo lo de la promoción, nos hicieron creer a todos que se trataba de un desfile de conejos recibido por una entusiasta multitud. Pero la gente y los conejos nunca aparecen juntos en ninguna toma. Emosido engañado.
Es una pena que promos tan divertidas sean sólo recuerdos. Por qué ya no hacen esto.
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CuÃdate a ti mismo. Ésa era la campaña de autocuidado infantil que tenÃa un muy joven Megavisión hace 30 años. Pero, como más de alguno sabe, no fue una campaña original del Mega. La trajeron los cuates de Televisa cuando adquirieron parte del canal, aunque, por motivos lógicos, la replicaron con actores y rostros chilenos. Los mismos textos, las mismas situaciones, pero grabada aquÃ. La versión mexicana es recordada hasta el dÃa de hoy por quienes la vieron. La versión chilena, no sé. De verdá que no sé.
La campaña original tenÃa al recientemente fallecido “Chabelo” y también está en YouTube.
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Qué mejor que gatillar el miedo en la gente para que una campaña haga efecto. El año anterior habÃa sido estrenada en USA la pelÃcula “E.T. El Extraterrestre”. Aprovechando el hecho, el virus de la fiebre tifoidea fue personificado como un monstruo y se le inventó una pelÃcula ficticia. «De seguro Ud. vio “E.T.” Buena, ¿verdad? No la confunda con “F.T.” “F.T.” es una pelÃcula que… no le recomiendo…» AsÃ, nada menos que Patricio Bañados, creyéndose el cuento del filme ficticio, nos presentaba un nuevo enemigo por la tele a color. No sé si algún adulto se horrorizó, pero de seguro que una generación de niños de la época sintió el verdadero terror…
* Emitido en 1983.
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CorrÃa la segunda mitad de la era noventosa y Dragon Ball Z era fenómeno desatado y un imperdible de las tardes del Mega para muchos. Era obvio que aparecieran promociones que aprovecharan el boom para vender algún producto de consumo. En eso aparece Soprole queriendo vender más yoghurt y saca un… ¿coleccionador? Por qué, de plano, no lo llamaron “álbum” y ya. La gracia era ir pegando las tapitas y al llenar el alb… perdón, coleccionador, ir a un sorteo en donde te podÃas ganar un computador o un traje de Dragon Ball. Pero, a ver, Soprole, pero qué necesidad. Está claro que quisiste sacar partido de las peleas que se daban en cada hogar entre hermanito y hermanita, a causa de esa otra animación japo para niñitas que andaba dando vuelta. “¡Bakán… sólo pa’ hombreh!”.
Pfff… “hombre”. Ternurita.
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