Eran los viejos y rancios ochentas. A la cerveza se le llamaba "pilsener" o, más popularmente, "pilsen". VenÃa en deslucidas botellas de algo más de medio litro, de vidrio café, nulo diseño y rasca etiqueta. ¿Y cómo la vendÃan? Pa' quitar la sed. Refréscate con una "pilsen". Porque ése era el concepto. Y los tipos se corrian la maratón y al final qué... ¿se tomaban un Gatorade? ¿Un agua mineral, talvez? ¡No, los hueones tomaban pilsen! Y aparece este comercial con un "cabro chico" Solabarrieta que decÃa: "¿Ud. sabe lo que significa correr... 15 kilómetros... sin parar? Yo lo sé. Y le voy a decir que después de eso, lo único que quita la sed es una PÃlsener Dorada." ¡Mega cueeeeeeeek!
O sea, si eris abstemio, tai sonao.
Eran tiempos inocentes. Todo lo que decÃa la tele era una verdad incuestionable. Si te decÃan que la pastillita se tomaba sin vaso y sin agua... ¿qué onda... era un dulce? Pero lo encontrábamos genial. Si un gil aparecÃa tomándose la pastillita y se mejoraba al tiro, eso no era publicidad engañosa, no señor... Si aparecÃa en TV, eso eliminaba de inmediato toda sospecha de chanterÃo. Ahora bajo la bandera del "llame ya" o del "producto natural" nos meten palos picados como suplemento alimenticio o baratijas chinas de dudosa eficacia.
Era maravilloso, le creÃamos a la tele a ojos cerrados y éramos felices.
Rescatando del olvido este temón AM. Actuación del grupo Bravo (sÃ, los de "Lady, Lady") en la Teletón del '85.
Hay arroces que nunca se granean,
en cambio Tucapel queda siempre graneado.
Hay arroces que vienen muy partidos,
en cambio Tucapel es el más entero.
Hay arroces que no tienen buen sabor,
en cambio Tucapel es el más sabroso.
Hay arroces que son muy oscuros,
en cambio Tucapel es más blanco y puro.
Inmortal jingle ochentero del "arroz de siempre".
La primera vez que vi este comercial lo encontré notable, aunque casi experimental. De hecho, no sé si servirá para finalmente "vender" el producto. De partida, el producto es bien raro: ¿a quién se le puede ocurrir mezclar leche con jugo? A, supuestamente, Hugo, que nunca se ve en ningún comercial. Más aún, el nombre completo del producto es "Yo conozco a Hugo, el que hizo estas mezclas con leche y jugo". Rayado total.
El cuento, al parecer, está en ironizar con el poder de convencimiento de la campaña para hacernos comprarlo. Y el sabor amargo en todo esto es que la manera de comunicar en esta campaña no serÃa original y tendrÃa un antecedente hace nada menos que 11 años.
El primer comercial:
El segundo comercial, la fiesta de lanzamiento. Atención con el remate que está buenÃsimo.
Y el tercero, con la mamá de Hugo:
El cuento, al parecer, está en ironizar con el poder de convencimiento de la campaña para hacernos comprarlo. Y el sabor amargo en todo esto es que la manera de comunicar en esta campaña no serÃa original y tendrÃa un antecedente hace nada menos que 11 años.
El primer comercial:
El segundo comercial, la fiesta de lanzamiento. Atención con el remate que está buenÃsimo.
Y el tercero, con la mamá de Hugo:
Comienzos de los 60s y la RCA (la verdadera RCA, la Radio Corporation of America, no la de ahora que es la pura marca), ya estrenaba sus teles a color. No deja de causarme gracia el nombre comercial que usaron para sus nuevos aparatos: "Vista". Ja.