Vivimos en un paÃs de mierda. Cuando no son los terremotos, son los temporales. Y cuando no son los temporales, son los volcanes. Pero, como con tener un paÃs de mierda no basta, también la gente que toma decisiones importantes tiene que ser de mierda. De otra forma no se explica cómo cresta se pudo autorizar una canalización ridÃcula para un cauce natural que, en temporada lluviosa, sobrepasa con todo la capacidad que los genios de la ingenierÃa alguna vez imaginaron que llegarÃa. Un cauce natural que escondieron para hacer más casas para la gente linda. Y el Canal de Ramón se desbordó. Si al menos hubiese sido el Canal de Oscar, hubiese sido más chistoso. Pero no. Y la crecida del rÃo Maipo dejó la mansaca en las plantas de purificación, esas que alguna vez cierta empresa sanitaria nos metió como justificación para aumentar nuestras cuentas de agua al doble. Ahora resulta que estamos pagando y los frescos de raja cortan el agua sin aviso y al lote. O sea, está bien que sea a causa de una emergencia. Pero asà tan al lotijuay...
En general, para hacer algunas cosas hay al menos dos maneras. Aterrizando al caso de las aguas cochinas, estas dos maneras eran: o avisar y hacer una campaña en la población de no consumir el agua y dejarla solamente para higiene... o cortarla y dejar a medio Santiago oliendo a cloaca. Cortarla, obvio. Fácil y bonito (y además rápido). Creen que la gente es huevona. Creen que no le da el seso para entender un mensaje simple y claro. A los de Futaleufú con lo del volcan les hicieron lo mismo. TÃpico de un paÃs en donde se opta siempre por lo más fácil (saludos, Condonito).
Y la queja no se hizo esperar con los cortes tan largos y tan al lote. Se le preguntó a Aguas Cochinas Andinas. Mutis total. En general las cagadas son de dos tipos: las que pueden explicarse, y las que no tienen explicación (y si se intentan explicar, la embarran más). Lo peor de todo es que no hay ninguna ley que proteja al consumidor en este tipo de casos. Más terrible aún si consideramos que las empresas de aguas sanitarias son un monopolio (uno no puede elegir su compañÃa).
Es que no se puede hacer una vida normal con cortes tan al lote. Te cortan el agua sin avisar, te dan una hora en que va a volver y no pasa nada. Te levantas al otro dÃa, rogando que haya agua para bañarte y los frescos de raja no respetaron la hora anunciada y todavÃa no la reponen. Te vas a tu trabajo oliendo a mierda y esperando que, ojalá, nadie te haga notar el olor a sopapo y te deje en vergüenza. Vuelves a casa. Te avisan que volvió por un rato en la tarde y que la volvieron a cortar. Te emputeces, lanzas mil maldiciones, te pones a ver los noticieros nacionales y te enteras que en San Bernardo los tienen con el agua cortada por ya dos dÃas. "Siempre hay gente más cagada que uno", piensas, y te vas a la cama con la cabeza fuera de las sábanas, para no oler el aroma asqueroso de tu propio cuerpo. Indignante.
Como siempre, los grandes de las empresas nunca pierden. La dignidad del de a pie es la que queda putrefacta. Igual que las aguas cochinas.